ALIMENTO DIARIO

  • "La oscuridad"


  • agosto 12, 2011
  • Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Juan 3:20Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Juan 3:20


  • Queridos hermanos en Cristo:

    La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.

    En Cristo,

    Pastor Ken Klaus,
    Orador The Lutheran Hour
    Cristo Para Todas Las Naciones

    La calefacción en mi escuela primaria provenía de un inmenso horno a leña. Para llegar a ella, había que bajar por una escalera angosta y oscura que se encontraba debajo del escenario del auditorio.

    Un día, cuando llegué a la escuela, vi que el director y varios maestros estaban parados cerca de esa escalera. En seguida nos dimos cuenta que algo serio había sucedido. Ni bien sonó el timbre que indicaba el comienzo de la primera clase, el director convocó a todos los alumnos a una reunión, en la que nos dijo que el limpiador había descubierto fuego en un tacho de basura al final de esa escalera.

    Luego de revolver entre los papeles y la otra basura, el limpiador había encontrado la colilla de un cigarrillo. Dado que ni el limpiador ni el director, u otro profesor o empleado, habían estado esa mañana en esa escalera, nos dijo que tenía que haber sido un estudiando quien había tirado allí esa colilla.

    Luego nos advirtió del terrible peligro al que todos habíamos estado expuestos, y demandó que nadie jamás fumara dentro del edificio.

    Este incidente ilustra cuánto el diablo odia la luz, pues la persona que estuvo fumando en esa escalera que llevaba al sótano, tuvo la necesidad de esconderse. Un adulto hubiera ido afuera o a su auto, por lo que solamente pudo haber sido un estudiante que no quería que nadie supiera de lo que estaba haciendo.

    No mucho ha cambiado desde que el primer pecado fue cometido hace miles de años. Tan pronto como Adán y Eva comieron del fruto prohibido, se escondieron de Dios. ¡Como si Dios no los fuera a encontrar! Pero, ¿no hacemos nosotros lo mismo? En vez de aceptar nuestra responsabilidad por las cosas que hacemos, ¿no tratamos de echarle la culpa a otros, o de dar excusas?

    Hagamos lo que hagamos para tratar de ocultar el mal, Dios siempre lo ve. Él nos llama para sacarnos de la oscuridad a la luz, a su santa luz. A través del sacrificio de su Hijo Dios nos ofrece su perdón, y borra nuestro pecado. Así como Dios cubrió la desnudez de Adán y Eva, también cubre nuestro pecado con la sangre que Jesús derramó en la cruz.

    ORACIÓN: Padre celestial, te doy gracias por quitar la culpa de mis pecados y cubrirme con el perdón y el amor de Jesús. En su nombre. Amén.

    Biografía del autor: Esta devoción ha sido escrita por Sosana Yousef, estudiante del Instituto de Música de Egipto.

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