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ALIMENTO DIARIO
Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3:19Y ésta es la condenación: que la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3:19
Pregúntele a un norteamericano cuál es el símbolo de la libertad, y le dirá que es la Estatua de La Libertad (en Nueva York), o la Campana de la Libertad (en Filadelfia).
Hágale la misma pregunta a un francés, y probablemente le hablará de La Bastilla.
La Bastilla fue construida originalmente como una fortaleza durante la Guerra de los Cien Años, y luego convertida en una prisión a donde eran enviados los políticos indeseables. Comúnmente se decía que quienes allí entraban, nunca salían.
Por ello es que, cuando los líderes de la Revolución Francesa buscaban una causa con la cual podían comprometer a la gente con la revolución, el liberar a los presos de La Bastilla se convirtió en un proyecto de alta prioridad. En realidad, el día en que los prisioneros de La Bastilla fueron liberados se convirtió en el símbolo de la libertad en Francia.
Pero la historia no termina allí. Uno de los liberados, que había estado en una celda fría por años, fue recibido con gran alegría. Todos esperaban que él también rebosara de felicidad y demostrara su incontrolable gratitud. Eso era lo que todos esperaban, pero no sucedió así.
Ese hombre, acostumbrado a la oscuridad, ni bien salió se tiró al piso para proteger su cara de la luz, rogando con insistencia que lo llevaran de nuevo al hueco donde había estado por años. Era obvio que sólo tenía un deseo: morir en la oscuridad.
Qué triste, ¿no? Pero aún, a nivel espiritual, la historia de ese hombre se repite constantemente.
El mensaje de Jesús ha estado siendo predicado por más de 2.000 años. Por el poder del Espíritu Santo, cientos de millones de personas han abrazado la fe y han reconocido a Jesucristo como su Salvador personal, como la Luz de vida en un mundo oscurecido por el pecado.
Es triste, y lo vemos cada noche en las noticias: hay quienes prefieren la oscuridad. Dios los está llamando a la libertad, pero ellos rehúsan tomar su mano. Jesús murió por ellos, pero ellos prefieren continuar viviendo en su mundo. Aman tanto la oscuridad, que no quieren nada con la luz.
Un profesor del Seminario nos decía: «Cada persona tiene el derecho de ir al infierno si así lo quiere». Las personas que viven en la oscuridad hacen uso de ese derecho. Por lo tanto, es importante que recordemos a esas personas en nuestras oraciones.
ORACIÓN: Dios Todopoderoso, te doy gracias porque enviaste a tu Espíritu Santo para darme la fe que necesitaba para salir de la oscuridad y amar tu maravillosa luz. También traigo ante ti las almas tristes que prefieren vivir en la oscuridad: tráelas, Señor, a la luz, antes que llegue la oscuridad total. Todo esto lo pido en el nombre de quien es La Luz del Mundo. Amén.
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