+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
La viuda que en verdad es viuda, y que se ha quedado sola, espera en Dios y noche y día persevera en súplicas y oraciones; pero la que se entrega a los placeres, está muerta en vida (1 Timoteo 5:5-6).
A veces pensamos que tener fe solo se trata de lo que creemos, pero la Palabra de Dios nos muestra que la fe se vive en lo que hacemos. Y un acto concreto de esa fe es cómo cuidamos a las viudas. No es solo un tema del pasado o algo que les toca a otros. Según la carta de Pablo a Timoteo, es parte de una vida cristiana activa y fiel.
Pablo describe a la viuda verdadera como alguien que ha quedado sola, pero no sin esperanza. Ella persevera en oración y espera en Dios. Y ese testimonio de fe silenciosa y constante merece cuidado, respeto y apoyo. Jesús mismo tuvo compasión por las viudas, como con la viuda de Naín. Esa acción mostró el corazón de nuestro Salvador: atento, compasivo y activo en el sufrimiento del prójimo.
Y no hacemos buenas obras para ganar el favor de Dios. Ya fuimos justificados por la fe, por pura gracia, por la obra completa de Cristo. Pero esa fe produce frutos. Y uno de esos frutos es cuidar a las viudas. ¿Cómo? Puedes hacer llamadas, visitas, ayudar con mandados, acompañar a citas médicas, llevarles comida, o simplemente hacerles saber que no están olvidadas.
Si fallas, si te olvidas de las viudas a tu alrededor o no sabes por dónde empezar, recuerda: Jesús te perdona, te renueva con su Palabra y te fortalece con su Santa Cena. Luego te envía de nuevo, con Su amor, para que vivas una fe que cuida a las viudas… porque eso es parte del cuerpo de Cristo en acción.
Padre nuestro, gracias porque Cristo se acercó con amor a los que estaban solos y nos mostró Tu corazón compasivo. Ayúdanos a vivir una fe que se expresa en cuidado y servicio. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Qué viuda conoces que necesite hoy una palabra, una visita o una mano amiga?
* ¿Qué puedes hacer esta semana para que alguien sepa que no ha sido olvidado?
Diaconisa Noemí Guerra
© Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones