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ALIMENTO DIARIO
La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y maldad de quienes injustamente retienen la verdad. Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló. Romanos 1:18-19.La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y maldad de quienes injustamente retienen la verdad. Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló. Romanos 1:18-19.
¿Conoce a una persona mentirosa?
Por supuesto que sí. Hay mentirosos ocasionales, y mentirosos profesionales. Hay quienes se atreven a mentir en cosas importantes, y hay quienes dicen mentiras sólo por el placer de hacerlo.
Hace unos tres meses me encontré, por accidente, con una persona que debía ser el campeón de los mentirosos.
Este señor estaba tratando de ganarle a la luz amarilla del semáforo en una intersección muy concurrida. Cuando le faltaba media cuadra para llegar a la intersección, la luz cambió a amarillo. Este hombre, en vez de frenar, aceleró al máximo, pero cuando llegó a la intersección la luz ya había cambiado a rojo. Aún así, siguió yendo, pegándole en la parte trasera a una van que venía con la luz verde a su favor, causando así un accidente.
Cuando le dije al agente de policía lo que había visto, me comentó que el conductor del auto que se pasó la luz roja estaba furioso… pero no con él mismo, ni con el conductor del carro atropellado, ¡sino con el semáforo por no haber permanecido en amarillo más tiempo!
En términos de esconder la verdad, indudablemente ese hombre era un maestro. Así también hay gobiernos que tratan de esconder la verdad de Jesús, el Salvador, y hay religiones que tratan de eliminar esa verdad. Estoy seguro que usted los conoce, por lo que no hay necesidad de ahondar en ello.
Pero también hay quienes creemos en el Dios Trino único y verdadero, y en su Palabra que nos enseña la verdad de Jesús nuestro Salvador, crucificado, muerto, sepultado y resucitado. Recordemos que él es la única VERDAD. No estamos hablando de un dios cualquiera, de un semi-dios, o de uno hecho a la semejanza de los hombres. ¡Hablamos del Salvador del mundo que murió y resucitó para salvarnos!
Mantengámonos firmes y proclamemos a todo el mundo quién es Jesús: él es quien quita el pecado del mundo, el que salva a los perdidos. No escondamos de nadie esa verdad, sino proclamémosla.
ORACIÓN: Padre bondadoso, confesamos que hay veces que nos mentimos a nosotros mismos, que tu verdad es tan infinita, que no la creemos ni proclamamos porque pensamos que nadie nos va a creer. Como tus hijos redimidos te pedimos que nos ayudes a compartir la verdad con amor, para que otros puedan conocerte y apreciarte como el único Salvador y Redentor del mundo. En el nombre de Jesús. Amén.
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