ALIMENTO DIARIO

  • "¿Está confundido?"


  • septiembre 17, 2008
  • Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Proverbios 3:5Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Proverbios 3:5


  • Tengo buenas y malas noticias.

    Las buenas noticias son que, en los últimos años, muchas personas en los Estados Unidos han podido comprarse la casa de sus sueños.

    Las malas noticias… como muchas instituciones financieras pusieron menos exigencias para otorgar créditos, ahora se encuentran en apuros por tener muchos clientes que no pueden pagar sus cuotas.

    Las buenas noticias son que Wall Street considera como positivo que el gobierno se haga cargo de algunas de esas financieras, razón por lo cual las acciones han aumentado de valor.

    Las malas noticias…

    Y así podríamos seguir. Las cosas no siempre son lo que parecen ser a primera vista, y seguramente no somos pocos los que cada vez entendemos menos las noticias financieras.

    El alto precio del petróleo hizo que el desarrollo y mercadeo del biocombustible se convirtiera en una realidad muy lucrativa. Al aumentar la demanda de ciertos granos, como el maíz, para hacer productos como la biogasolina, también aumenta el precio de los alimentos. La creación de la biogasolina ayuda al agricultor, pero no a los que van a hacer las compras al mercado.

    Es por ello que muchas historias pueden comenzar diciendo: «Tengo buenas y malas noticias… pero no estoy seguro de cuál es cuál».

    Pero no hay nada nuevo bajo el sol. Cuando Eva miró al árbol prohibido (Génesis 3), vio que era bueno. Esa es una buena noticia. Pero comer del fruto de ese árbol trajo el pecado al mundo. Esa fue una mala noticia. Ni siquiera en el Edén nuestros primeros antecesores tuvieron la capacidad de comprender lo que era bueno y lo que era malo.

    Quizás por eso sea que necesitamos escuchar las palabras registradas en el libro de los Proverbios, porque con toda certeza necesitamos confiar en Dios y no en nuestro limitado entendimiento.

    Quienes escuchan al Señor se darán cuenta que han encontrado a la única persona que solamente les trae buenas noticias. Para salvarnos de nuestro pecado Dios envió un Salvador, y a través de su vida, muerte y resurrección, reemplazó la condenación que merecíamos y nos compró la salvación eterna con la sangre del Cristo resucitado.

    ORACIÓN: Querido Padre celestial, gracias por enviar a tu Hijo a traer luz a este mundo confundido y oscuro. Ayúdame a confiar en ti en todo momento, y a vivir mi vida de tal manera que quienes me rodean también lleguen a conocerte. En el nombre de Jesús. Amén.