ALIMENTO DIARIO

  • "Esperanza cierta"


  • noviembre 10, 2014
  • Recuerda las promesas que me hiciste, en las cuales he puesto mi esperanza. En mi aflicción, ellas son mi consuelo; pues tu palabra me infunde nueva vida. Salmo 119:49-50Recuerda las promesas que me hiciste, en las cuales he puesto mi esperanza. En mi aflicción, ellas son mi consuelo; pues tu palabra me infunde nueva vida. Salmo 119:49-50


  • ¿Tienes esperanza en el futuro? Triste es la persona que pierde la esperanza, y por eso no tiene alegría ni ánimo. ¡No pierdas nunca la esperanza! Ella juega un papel muy importante en tu vida. Pero, ¿dónde buscas y encuentras esperanza? Recuerda que Dios es la fuente de toda esperanza. Observa lo que escribió el salmista: «Recuerda las promesas que me hiciste… En mi aflicción, ellas son mi consuelo; pues tu palabra me infunde nueva vida» (Salmo 119).

    Las promesas de Dios son la fuente de nuestra esperanza. Él prometió que nos enviaría un Salvador, y nos envió a su hijo Jesús, quien murió en nuestro lugar para pagar la culpa por nuestros pecados, y luego resucitó para que tengamos la certeza de que todo aquel que en él cree será salvo. Entonces, no pierdas la esperanza. Dios promete y cumple. Con fe en él podrás confiar en que no tendrás nada que temer en tu futuro porque Dios está en él.

    ORACIÓN: Amado Dios, sé que en ti está mi fuente de esperanza. Ayúdame a beber de ella cada día para confiar y recordar que mi futuro te pertenece. En el nombre de Jesús. Amén.

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