ALIMENTO DIARIO

  • "Encienda la luz"


  • julio 24, 2011
  • Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea evidente que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:20-21Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no se acerca a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que sea evidente que sus obras son hechas en Dios. Juan 3:20-21


  • La gente que hace cosas diabólicas ama la oscuridad y aborrece la luz. La verdad es que habrá que investigar mucho para encontrar un ejemplo que afirme lo contrario. Yo lo he tratado, y no lo he logrado.

    Lo más cercano que encontré cuando intenté investigar este punto, fue un caso en las Bahamas… hace unos cientos de años. El entonces gobernador de esa isla regresó un día a Inglaterra, porque le había prometido al rey que le presentaría cualquier solicitud que los colonos le hicieran.

    La petición era el siguiente: «Solicitarle al gobierno que retirara todos los faros de la costa, porque estaban arruinando la Colonia». La razón era sencilla. La solicitud venía de parte de hombres que querían asaltar los buques que anclaban en la costa. No les importaba quienes podían morir, como tampoco les importaba que los dueños de los buques quedaran arruinados financieramente. Lo único que les importaba era tomar las pertenencias de los barcos para ellos mismos, y por ello aborrecían la luz.

    Hasta hoy, no conozco ninguna petición hecha en tal sentido a nuestro gobierno, pero sí sé que los malhechores siempre quieren hacer su trabajo en la oscuridad. Los ladrones de bancos usan máscaras, los asaltantes hacen sus fechorías escondidos en la sombra, y los criminales de «guante blanco» se esconden detrás de oscuros papeleos.

    Por el contrario nosotros, los cristianos, decidimos seguir el ejemplo de honestidad y de luz de nuestro Salvador. Recordemos que cuando Jesús estuvo frente al tribunal de justicia en el Sanedrín, dijo: ‘Yo he hablado abiertamente a todo el mundo. He enseñado en las sinagogas y en el templo, donde todos los judíos se reúnen. Y no he dicho nada en secreto’.

    Vivimos en la era de la oscuridad de la duda y la incredulidad. Muchas personas aún creen que la iglesia está fundada en el desengaño y la falsedad. Muchos otros se han escandalizado por los pecados de los clérigos; y otros tantos han concluído que todas las religiones son iguales, por lo que no hace ninguna diferencia lo que crean, siempre y cuando crean sinceramente en «algo.» En otras palabras, lo que piden tales personas es que se apaguen los faros brillantes de la fe cristiana.

    Pública y privadamente, el Señor nos ha dado la oportunidad de enseñarles que Jesús es la única luz, y que él está aquí para siempre como un faro encendido para la humanidad. Claramente, amigable y concisamente, los cristianos podemos reflejar la luz de la verdad de la salvación para los que viven en la oscuridad. Les podemos compartir la historia de la salvación y removerles los oscuros nubarrones de sus mentes causados por sus puntos de vista erróneos. ¡Nosotros podemos cambiar esas cosas!

    Un momento… eso tampoco es cierto… no podemos cambiarlo todo… no con nuestra sola voluntad. Cuando queramos que esa luz que tenemos resplandezca y brille, es el Espíritu Santo quien al principio, en la mitad y al final del proceso, la mantiene encendida. Nosotros podemos usar nuestras vidas como ejemplo, para mostrarle al mundo que «caminamos en la luz».

    Querido lector: le propongo que ese sea nuestro compromiso y nuestra oración.

    ORACIÓN: Padre Celestial, te pido que tanto mis palabras como mis acciones muestren que vivo en la luz de Jesús, y que el Espíritu Santo me use para iluminar los corazones de quienes aún andan en la oscuridad. Todo esto lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

    © Copyright 2011 Cristo Para Todas Las Naciones