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ALIMENTO DIARIO
Dentro de sí dicen los necios: "Dios no existe". Corrompidos están. Sus hechos son repugnantes. No hay nadie que haga el bien. Desde el cielo, observa el Señor a la humanidad, para ver si hay alguien con sabiduría, que busque a Dios. Salmo 14:1-2Dentro de sí dicen los necios: "Dios no existe". Corrompidos están. Sus hechos son repugnantes. No hay nadie que haga el bien. Desde el cielo, observa el Señor a la humanidad, para ver si hay alguien con sabiduría, que busque a Dios. Salmo 14:1-2
Según cuenta la historia, allá por el 1800 un pastor luterano pasaba frente a la puerta de un bar cuando oyó que uno de los parroquianos de la taberna gritó: ‘No hay Dios’.
El Pastor se sorprendió, pero pensó que no había oído bien, por lo que entró al bar. No había dado más que tres pasos adentro del salón, cuando oyó de nuevo la misma voz y la misma frase, pero en un tono más agresivo. Obviamente, no podía dejar pasar esas palabras sin tomar alguna acción.
Contrario a lo que esperaban las otras personas que habían oído la frase, el Pastor no se puso a debatir con la persona que las había dicho. Por el contrario, se acercó al hombre, le puso su mano en el hombro, lo miró a los ojos amablemente y le dijo: «Mi amigo, lo que usted acaba de decir no es nuevo. La Biblia está de acuerdo con usted. Las Sagradas Escrituras también dicen que ‘no hay Dios’.»
El hombre, quien ya estaba bien pasado de copas y listo a enfrentarse rudamente con el Pastor, cambió de actitud y dijo: «¡Hm! No sabía que la Biblia dice lo mismo que yo.» «Pues sí», le respondió el Pastor. «Léalo usted mismo. O, mejor, permítame que yo se lo lea. Dice así: ‘Los necios dicen Dios no existe, está escrito en el Salmo 14:1.»
Pero – continuó diciendo el ministro – hay una gran diferencia entre usted y la persona a quien se refiere la Biblia. El hombre al que se refiere la Biblia lo dice para sí mismo. Pero usted, vociferando tal cosa dentro de una taberna, lo lleva a un nivel diferente.»
Hoy, el no creer en Dios está en todas partes. Con el paso de los años, los cínicos y escépticos han traído muchos cambios. No creer en Dios está haciendo mella en todo el mundo. Hoy, más que nunca, necesitamos compartir con todo el mundo que sí hay un Salvador.
ORACIÓN: Padre celestial, tú eres Dios omnipotente y podrías haber forzado a que las personas crean en Jesús como su Salvador. Pero si no hay libertad, no puede haber voluntad ni deseo de adorarte y alabarte. Hoy vengo ante ti para pedirte que, quienes se han alejado de la fe, puedan ser traídos de nuevo al conocimiento de Jesús y puedan ver tu verdad y tu salvación. En el nombre de tu Hijo. Amén.
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