ALIMENTO DIARIO

  • "Dios nos ve"


  • agosto 25, 2011
  • ¿Podrá alguien esconderse donde yo no pueda verlo? ¿Acaso no soy yo el Señor, que llena el cielo y la tierra? Jeremías 23:24¿Podrá alguien esconderse donde yo no pueda verlo? ¿Acaso no soy yo el Señor, que llena el cielo y la tierra? Jeremías 23:24


  • Finalmente encontraron a Joseph Schnexnider. En 1984, Joseph había robado un auto. Cuando no apareció ante la corte el día en que había sido citado, la policía fue a su casa a arrestarlo… pero Joseph había desaparecido.

    Y se mantuvo desaparecido durante 27 años. Durante todo ese tiempo, ni su madre ni el resto de su familia supieron dónde se había ido. Pero ahora lo han encontrado… casi.

    Según parece, para poder desaparecer, Joseph pensó en asaltar un banco local. Al menos esa parece haber sido su intención cuando se metió al banco deslizándose por la chimenea del mismo… que nunca se utilizaba. En realidad sólo logró deslizarse un poco, porque a mitad de camino se quedó atascado… permanentemente.

    Su madre nunca avisó que había desaparecido, porque sabía que la policía lo estaba buscando. El resto de su familia nunca avisó que había desaparecido, porque Joseph tenía el hábito de desaparecer de la ciudad sin decirles a dónde se iba o cuándo iba a volver.

    Las autoridades han llegado a la conclusión que, hace 27 años, Joseph murió de deshidratación, atascado en la chimenea del banco. Consciente de que nadie sabía dónde estaba, la suya debe haber sido una larga y solitaria agonía.

    Es claro que hubo Alguien que sí supo dónde él estaba. Me pregunto si, durante su larga agonía, en algún momento sus pensamientos se volvieron a Dios. ¿Le habrá pedido ayuda? ¿Le habrá pedido perdón? ¿Habrá recibido el consuelo de saber que el Salvador estaba con él? Sólo el Señor sabe la respuesta a estas preguntas.

    Dudo que alguno de nosotros se haya encontrado en una situación tan desesperante como la de Joseph. Pero, aún así, la mayoría de nosotros en algún momento nos sentimos solos y experimentamos días, semanas, meses, en los que sentimos como que no le importamos a nadie.

    Cuando eso le ocurra, espero que sepa que no hay ningún lugar al que podamos ir en donde Dios no nos pueda encontrar.

    Más aún, el Señor siempre se preocupa y ocupa por nosotros. Tenemos un Señor y Salvador que siempre va a estar con nosotros, sin importar en qué situación o circunstancia nos encontremos.

    ORACIÓN: Señor Dios, gracias por cuidarme y estar siempre presente en mi vida. Gracias por la vida, el sacrificio y la resurrección de tu Hijo, en cuyo nombre oro. Amén.

    © Copyright 2011 Cristo Para Todas Las Naciones