ALIMENTO DIARIO

  • "¡Dependencia o muerte!"


  • noviembre 14, 2013
  • Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen. De nada sirve que ustedes madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él ama. Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa. Los hijos que nos nacen en nuestra juventud son como flechas en manos de un guerrero. ¡Dichoso aquél que llena su aljaba con muchas de estas flechas! No tendrá de qué avergonzarse cuando se defienda ante sus enemigos. Salmo 127Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen. De nada sirve que ustedes madruguen, y que se acuesten muy tarde, si el pan que comen es pan de sufrimiento, y el Señor da el sueño a los que él ama. Los hijos son un regalo del Señor; los frutos del vientre son nuestra recompensa. Los hijos que nos nacen en nuestra juventud son como flechas en manos de un guerrero. ¡Dichoso aquél que llena su aljaba con muchas de estas flechas! No tendrá de qué avergonzarse cuando se defienda ante sus enemigos. Salmo 127


  • El título de este mensaje no es exagerado, pues expresa nuestra dependencia de Dios. Sin la bondad de Dios en nuestra vida estaríamos condenados a la muerte. Es que en todo dependemos de Dios: salud, trabajo, familia, todo funciona porque Dios nos bendice.

    «Si el Señor no edifica la casa, de nada sirve que los edificadores se esfuercen. Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que los guardias la vigilen» (Salmo 127:1). Además de eso, es sólo gracias a Cristo que tenemos la garantía de la vida eterna. Por lo tanto, confía siempre en Dios y recuerda que él te bendice mucho. Eso es prueba del gran amor que él tiene por ti.

    ORACIÓN: Bondadoso Dios y Padre, gracias por las muchas bendiciones que has derramado en mi vida. Gracias por la salud, por la familia y por el perdón de los pecados que me das. Te alabo y agradezco porque tu amor y misericordia duran para siempre. En Jesús. Amén.

    © Copyright 2013 Cristo Para Todas Las Naciones