"¡Cuidado con los enemigos de Dios!"

¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios. Santiago 4:4¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios. Santiago 4:4

Tres son los enemigos de nuestra fe: el diablo, el mundo y nuestra propia carne. En primer lugar está el diablo, quien anda siempre al acecho diseñando todo tipo de planes y engaños para tratar de alejarnos de Dios, tratando así de impedir nuestra salvación. Nuestro segundo enemigo es el mundo, o sea, aquellas personas a nuestro alrededor que no siguen los caminos de Dios y quieren que nosotros hagamos lo mismo. Y, por último, tenemos que luchar contra nuestra propia carne, o sea, la tendencia natural que todos tenemos de no hacer la voluntad de Dios, que también se interpone en nuestro caminar cristiano.

No es fácil ser cristiano cuando se tienen tantos enemigos que combatir. Pero no debemos desesperarnos. Jesús venció a todos nuestros enemigos al morir en la cruz en nuestro lugar, y resucitó para asegurarnos la vida eterna junto a Dios. Con fe en él podemos mantenernos firmes hasta el final.

ORACIÓN: Querido Dios, gracias por haberme dado fe. Ayúdame a permanecer firme en ella hasta el final. En Jesús. Amén.

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