"Conteniendo el fuego"

Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! Santiago 3:5Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con tan pequeña chispa! Santiago 3:5

En la época de verano es común que en algunas partes del país se produzcan incendios forestales debido a las grandes sequías. Quienes han presenciado un incendio forestal, saben lo devastador que puede llegar a ser.

Uno de los más terribles fuegos forestales ocurridos hace unos años fue causado accidentalmente por un oficial del ejército destacado en Fort Hayes, Ohio, quien, juntos con unos amigos habían ido a cazar aves silvestres.

En un momento en que se detuvieron para descansar el oficial, con el fin de demostrar lo seco que estaba todo, encendió un fósforo y lo acercó al pasto. En pocos minutos toda el área era una bola de fuego que, exacerbado por el viento, consumió miles de acres de tierra, casas, edificios, y ganado.

A mí me ocurrió lo mismo. Si bien no he causado ningún fuego forestal, han habido oportunidades en que, por descuido, he dicho algo que encendió una llamarada de resentimiento, lastimando a seres queridos.

Quizás a usted le ha ocurrido lo mismo. Si es así, le invito a que recuerde que nuestro amoroso Señor nos perdona el pasado, y nos guía en el presente y el futuro.

Eso no quiere decir que nuestras palabras y acciones NUNCA causarán problemas, pero sí significa que las llamaradas pueden ser contenidas y que, gracias a nuestro Salvador que perdona y reconstruye, lo que fue consumido por el fuego puede ser restaurado.

ORACIÓN: Padre celestial, ayúdanos a ser cuidadosos en lo que decimos y hacemos, de tal manear que nuestras palabras y acciones sean de bendición, y que Jesús sea siempre glorificado. En su nombre. Amén.

De una devoción escrita originalmente para «By the Way»

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