+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8).
¿Recuerdas cuando el COVID apareció? Al principio no sabíamos mucho sobre él. No sabíamos cómo se propagaba, ni cómo afectaba al cuerpo, y sin esa información, no podíamos defendernos de manera efectiva. Pero, a medida que los científicos comenzaron a estudiar el virus, a entender cómo funcionaba y cuáles eran sus puntos débiles, pudieron desarrollar vacunas y tratamientos para combatirlo. Conocer a nuestro enemigo fue clave para encontrar la solución.
Pedro nos advierte en la lectura de hoy que estemos siempre atentos porque el diablo, nuestro enemigo, está al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. Esto no es una simple metáfora, es una realidad. El diablo es real y quiere apartarnos de Dios. Isaías nos muestra cómo Satanás cayó del cielo por su orgullo, queriendo ser como Dios. Aunque a veces se disfraza de algo bueno, como dice Pablo en 2 Corintios (vs 11), no debemos dejarnos engañar.
Pero aquí está lo más importante: Jesús ya venció al diablo. En Apocalipsis se nos dice que Satanás fue expulsado del cielo, derrotado por Dios. Y esa victoria es tuya también. Cuando Jesús murió en la Cruz, destruyó el poder del mal. Él ganó la batalla que tú y yo no podríamos ganar.
Así como conocer al COVID fue clave para protegernos, conocer a nuestro enemigo espiritual nos permite entender lo importante que es refugiarnos en Cristo. No podemos vencer al mal por nuestra cuenta, pero Jesús ya lo hizo por nosotros.
Cuando oramos «líbranos del mal», no estamos pidiendo que Dios nos dé fuerzas para luchar solos. Le estamos pidiendo que nos recuerde que Jesús ya hizo todo por nosotros. Cuando caes, cuando sientes que el mal te está ganando, Jesús está ahí para levantarte. Te perdona, te restaura y te da las fuerzas para seguir adelante.
Padre nuestro, líbranos del mal. Gracias porque nos diste a Jesús para vencer al enemigo, el diablo. Te pedimos que nos recuerdes cada día que Cristo ya ganó la victoria en la Cruz, y que en Él tenemos perdón y protección. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
*¿Cómo has experimentado el poder de Cristo en momentos donde sentiste que el mal estaba ganando en tu vida?
*¿Puedes recordar un momento en el que te diste cuenta de que no podías luchar solo, y confiaste en lo que Jesús ya había hecho por ti?
Diaconisa Noemí Guerra
© Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones