La salud es un tesoro divino, pero el don más preciado de todos es la fe en Cristo. Claro que en ocasiones pueden ocurrir cosas que por falta de una se carece de la otra, el cuerpo es el reflejo del alma y un espíritu pobre de fe puede ocasionar errores. Como la historia del doctor Menocal quien tenía mucha clientela, tal vez demasiada, al punto que por atender a muchos pacientes y ganar más dinero se había vuelto un tanto descuidado en su profesión. ¿será capaz de recapacitar de su error?