+1 800 972-5442 (en español)     Â
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Domingo de Ramos Pues irĂĄ y matarĂĄ a esos labradores, y darĂĄ su viña a otros.» Al oĂr esto, la gente exclamĂł: «¥Dios nos libre!» Pero JesĂșs los mirĂł fijamente y les dijo: «¿QuĂ© significa esta escritura que dice: »»La piedra que desecharon los constructores ha venido a ser la piedra angular?» Todo el que caiga sobre esa piedra, se harĂĄ pedazos; y si ella cae sobre alguien, lo aplastarĂĄ por completo.» (Lucas 20:16-18).
Un dĂa, mientras JesĂșs estaba en el templo enseñando al pueblo y anunciĂĄndoles las buenas noticias, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, junto con los ancianos, y le preguntaron: «¿Con quĂ© autoridad haces todo esto? ÂżQuiĂ©n te ha dado esta autoridad?» (Lucas 20:1-2).
DespuĂ©s JesĂșs entrĂł en el templo, y comenzĂł a echar de allĂ a todos los que vendĂan y compraban. Les decĂa: «Escrito estĂĄ: «Mi casa es casa de oraciĂłn.» ÂĄPero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones!» (Lucas 19:45-46).
Ya cerca de la ciudad, JesĂșs llorĂł al verla, y dijo: «¥Ah, si por lo menos hoy pudieras saber lo que te puede traer paz! Pero eso ahora estĂĄ oculto a tus ojos (Lucas 19:41-42).
«Como pueden ver, ahora vamos camino a JerusalĂ©n. AllĂ se cumplirĂĄ todo lo que los profetas escribieron acerca del Hijo del Hombre. Ăste serĂĄ entregado a los no judĂos, los cuales se burlarĂĄn de Ă©l, lo insultarĂĄn y le escupirĂĄn, y despuĂ©s de azotarlo, lo matarĂĄn. Pero al tercer dĂa resucitarå» (Lucas 18:31b-33).
En su camino a JerusalĂ©n, JesĂșs pasĂł entre Samaria y Galilea. Al entrar en una aldea le salieron al encuentro diez leprosos, los cuales se quedaron a cierta distancia de Ă©l, y levantando la voz le dijeron: «¥JesĂșs, Maestro, ten compasiĂłn de nosotros!» Cuando Ă©l los vio, les dijo: «Vayan y presĂ©ntense ante los sacerdotes.» Y sucediĂł que, mientras ellos iban de camino, quedaron limpios (Lucas 17:11-14).
ÂżO quĂ© mujer, si tiene diez monedas y pierde una de ellas, no enciende la lĂĄmpara, y barre la casa, y busca con cuidado la moneda, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reĂșne a sus amigas y vecinas, y les dice: «¥AlĂ©grense conmigo, porque he encontrado la moneda que se me habĂa perdido!» Yo les digo a ustedes que el mismo gozo hay delante de los ĂĄngeles de Dios por un pecador que se arrepiente» (Lucas 15:8-10).
Los fariseos y los escribas comenzaron a murmurar, y decĂan «Ăste recibe a los pecadores, y come con ellos» (Lucas 15:2).
TambiĂ©n les dijo esta parĂĄbola: «Un hombre habĂa plantado una higuera en su viña, y cuando fue a buscar higos en ella no encontrĂł ninguno. Entonces le dijo al viñador: «Hace tres años que vengo a buscar higos en esta higuera, y nunca encuentro uno solo. ÂĄCĂłrtala, para que no se desaproveche tambiĂ©n la tierra!» Pero el viñador le dijo: «Señor, dĂ©jala todavĂa un año mĂĄs, hasta que yo le afloje la tierra y la abone. Si da fruto, quĂ© bueno. Y si no, cĂłrtala entonces»» (Lucas 13:6-9).