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ALIMENTO DIARIO
Oigan esto, ustedes, los que explotan a los menesterosos y dejan en la ruina a los pobres de la tierra. Ustedes dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva? ¡Entonces podremos vender el trigo! ¿Y cuándo pasará el día de reposo, para que abramos los graneros? ¡Achicaremos la medida, subiremos el precio, y adulteraremos la balanza! ¡Así podremos comprar a los pobres por dinero, y a los necesitados a cambio de un par de zapatos! ¡Hasta los desechos del trigo podremos vender!» Pero el Señor ha jurado por la gloria de Jacob: «¡No voy a olvidar ninguna de sus malas acciones!» Amós 8:4-7
Entonces él les dijo: «¿Cómo pueden decir que el Cristo es hijo de David?… Y si David lo llama Señor, ¿cómo entonces puede ser su hijo?» Lucas 20:41, 44
Sí, así ha dicho Dios el Señor: «Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas, y yo mismo las cuidaré… Las apacentaré en los mejores pastos, y pondré su aprisco en los altos montes de Israel; allí dormirán en un buen redil, y serán apacentadas en los pastos suculentos de los montes de Israel. Ezequiel 34:11, 14
Todos los cobradores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas comenzaron a murmurar, y decían: «Éste recibe a los pecadores, y come con ellos.» Entonces Jesús les contó esta parábola: «¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, gozoso la pone sobre sus hombros, y al llegar a su casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: «¡Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido!» Les digo que así también será en el cielo: habrá más gozo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse. »¿O qué mujer, si tiene diez monedas y pierde una de ellas, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con cuidado la moneda, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: «¡Alégrense conmigo, porque he encontrado la moneda que se me había perdido!» Yo les digo a ustedes que el mismo gozo hay delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.» Lucas 15:1-10
Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me fortaleció, porque me consideró fiel al ponerme en el ministerio, aun cuando antes yo había sido blasfemo, perseguidor e injuriador; pero fui tratado con misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Esta palabra es fiel y digna de ser recibida por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui tratado con misericordia, para que en mí, el primer pecador, Jesucristo mostrara toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal e invisible, al único y sabio Dios, sean el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 1 Timoteo 1:12-17
Sí, así ha dicho Dios el Señor: «Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas, y yo mismo las cuidaré … les digo que yo juzgo entre una oveja y otra, y entre carneros y machos cabríos. ¿Les parece poco comerse los buenos pastos, y todavía pisotear el resto de los pastos? ¿Les parece poco beber de las aguas claras, y luego enturbiar con sus patas el resto del agua? ¡Y luego mis ovejas tienen que comer los pastos pisoteados, y beber el agua turbia!» Por lo tanto, su Dios y Señor les dice: «Voy a juzgar a las ovejas engordadas y a las ovejas flacas. Ya que ustedes empujaron por el costado y con el hombro a las ovejas más débiles, y además las cornearon hasta dispersarlas y echarlas del rebaño, yo las salvaré; juzgaré entre una y otra oveja, y nunca más mis ovejas serán objeto de rapiña. Voy a ponerlas al cuidado de un pastor que yo mismo les daré. Ese pastor será mi siervo David, y él será quien las apacentará. Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho.» Ezequiel 34:11, 17b-24
Entonces Jesús les dijo: «La gente de este mundo se casa, y se da en casamiento, pero los que sean considerados dignos de alcanzar el mundo venidero y la resurrección de entre los muertos, no se casarán ni se darán en casamiento»… Algunos de los escribas le respondieron: «Maestro, has dicho bien.» Lucas 20:34-35,39
Jesús se volvió a ellos y les dijo: «Si alguno viene a mí, y no renuncia a su padre y a su madre, ni a su mujer y sus hijos, ni a sus hermanos y hermanas, y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:25b-27
Y el que no toma su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Porque ¿quién de ustedes que quiera levantar una torre, no se sienta primero a calcular los costos, para ver si tiene todo lo que necesita para terminarla? No sea que después de haber puesto los cimientos, se dé cuenta de que no puede terminarla, y todos los que lo sepan comiencen a burlarse de él y digan: «Este hombre comenzó a construir, y no pudo terminar.» ¿O qué rey que marche a la guerra contra otro rey, no se sienta primero a calcular si puede hacerle frente con diez mil soldados al que viene a atacarlo con veinte mil? Si no puede hacerle frente, envía una embajada al otro rey cuando éste todavía está lejos, y le propone condiciones de paz. Así también, cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:27-33
Pablo, prisionero de Jesucristo … al amado Filemón, colaborador nuestro… gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de ti en mis oraciones … Hermano, tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti han sido reconfortados los corazones de los santos … más bien te ruego por amor. Yo, Pablo, que ya soy anciano, y además prisionero de Jesucristo, te ruego por mi hijo Onésimo … Ahora vuelvo a enviártelo, y te pido recibirlo como si me recibieras a mí mismo. Yo quisiera retenerlo conmigo … pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que tu favor no te resulte una imposición, sino que sea un acto voluntario. Tal vez para esto se apartó de ti por algún tiempo; para que lo recibieras para siempre, no ya como a un esclavo, sino como a alguien más que un esclavo, como a un hermano amado … Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo como si fuera yo mismo … Así es, hermano; permíteme sacar algún provecho de ti en el Señor; reconforta mi corazón en el Señor. Te he escrito porque confío en tu obediencia, y porque sé que harás aun más de lo que te pido. Extractos de Filemón