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ALIMENTO DIARIO
Cuando [los sabios de Oriente] entraron en la casa, vieron al niño con su madre MarĂa y, postrĂĄndose ante Ă©l, lo adoraron. Luego, abrieron sus tesoros y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Pero como en sueños se les advirtiĂł que no volvieran a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino (Mateo 2:11-12).
A ustedes, los que me escuchan, les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, y oren por quienes los calumnian… Traten a los demĂĄs como ustedes quieran ser tratados (Lucas 6:27-28, 31).
Ahora escuchen con cuidado, ustedes los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y estaremos allĂĄ un año, y haremos negocios, y ganaremos dinero.» ÂĄSi ni siquiera saben cĂłmo serĂĄ el dĂa de mañana! ÂżY quĂ© es la vida de ustedes? Es como la neblina, que en un momento aparece, y luego se evapora. Lo que deben decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello (Santiago 4:13-15).
ÂżDe dĂłnde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ÂżAcaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos?… Por lo tanto, somĂ©tanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y Ă©l huirĂĄ de ustedes. AcĂ©rquense a Dios, y Ă©l se acercarĂĄ a ustedes. ÂĄLĂmpiense las manos, pecadores!… ÂĄHumĂllense ante el Señor, y Ă©l los exaltarĂĄ! (Santiago 4:1, 7-8a, 10).
La sabidurĂa que viene de lo alto es, ante todo, pura, y ademĂĄs pacĂfica, amable, benigna, llena de compasiĂłn y de buenos frutos, ecuĂĄnime y genuina (Santiago 3:17).
Cuando los ĂĄngeles volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos a BelĂ©n, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha dado a conocer.» AsĂ que fueron de prisa, y hallaron a MarĂa y a JosĂ©, y el niño estaba acostado en el pesebre. Al ver al niño, contaron lo que se les habĂa dicho acerca de Ă©l (Lucas 2:15-17).
JosĂ© y la madre del niño estaban asombrados de todo lo que de Ă©l se decĂa. SimeĂłn los bendijo, y a MarĂa, la madre del niño, le dijo: «Tu hijo ha venido para que muchos en Israel caigan o se levanten. SerĂĄ una señal que muchos rechazarĂĄn y que pondrĂĄ de manifiesto el pensamiento de muchos corazones, aunque a ti te traspasarĂĄ el alma como una espada» (Lucas 2:33-35).
¥Que alaben al Señor todos sus fieles! ¥Que lo alabe Israel, su pueblo cercano! ¥El Señor ha dado poder a su pueblo! (Salmo 148:14).
¥Alabado sea el nombre del Señor! El Señor dio una orden, y todo fue creado. Todo quedó para siempre en su lugar; el Señor dio una orden que no se debe alterar (Salmo 148:5-6).
Cuando Herodes vio que los sabios lo habĂan engañado se enojĂł mucho y, calculando el tiempo indicado por los sabios, mandĂł matar a todos los niños menores de dos años que vivĂan en BelĂ©n y en sus alrededores (Mateo 2:16).