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ALIMENTO DIARIO
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo (Juan 14:27 DHH).
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Lucas 21:33).
Hagan esto en memoria de mí (Lucas 22:19c).
La copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? (1 Corintios 10:16).
Ustedes son un rebaño pequeño. Pero no tengan miedo, porque su Padre ha decidido darles el reino (Lucas 12:32).
Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús (Gálatas 3:28).
Mientras comían, Jesús tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, y les dijo: «Tomen, coman; esto es mi cuerpo». Después tomó la copa, y luego de dar gracias, la entregó a sus discípulos y les dijo: «Beban de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos, para perdón de los pecados (Mateo 26:26-28).
Por lo tanto, siempre que coman este pan, y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor, hasta que él venga (1 Corintios 11:26).
Todos deben considerarnos servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Corintios 4:1).
Eso le sucede a quien acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico para con Dios (Lucas 12:21).