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ALIMENTO DIARIO
Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor. Romanos 8:38-39
Jesús le dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Ve en paz.» Lucas 7:50
¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad! Salmo 32:7
El espíritu de Dios el Señor está sobre mí. Sí, el Señor me ha ungido; me ha enviado a proclamar buenas noticias a los afligidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a anunciar libertad a los cautivos, y liberación a los prisioneros. Isaías 61:1
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, preso suyo. Al contrario, participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y nos llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos. 2 Timoteo 1:8-9
Tú, mi Dios, me has enseñado desde mi juventud, y aún ahora sigo hablando de tus maravillas. Salmos 71:17
Él nos libró, y nos libra, y aún tenemos la esperanza de que él seguirá librándonos de tal peligro de muerte. 2 Corintios 1:10
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10
¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como junta la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! Mateo 23:37
¡Por Dios, yo soy igual que tú! ¡También yo fui formado del barro! Job 33:6