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ALIMENTO DIARIO
Y sé también que es un don de Dios el que todo hombre coma y beba y disfrute de lo bueno de todos sus afanes. Eclesiastés 3:13
Nosotros anunciamos a Cristo, y amonestamos y enseñamos a todo el mundo en toda sabiduría, a fin de presentar perfecta en Cristo Jesús a toda la humanidad. Con este fin, trabajo y lucho con todas mis fuerzas y con el poder que actúa en mí. Colosenses 1:28-29
No seas injusto en el juicio. No favorezcas al pobre ni complazcas al poderoso. Trata a tu prójimo con justicia. No abrigues en tu corazón odio contra tu hermano. Razona con tu prójimo, para que no te hagas cómplice de su pecado. No te vengues, ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Levítico 19:15,17-18
Pero para ustedes, los que temen mi nombre, brillará un sol de justicia que les traerá salvación. Entonces ustedes saltarán de alegría, como los becerros cuando se apartan de la manada. Malaquías 4:2
Señor, tú eres todo lo que tengo, y prometo que obedeceré tu palabra. De todo corazón busco tu presencia; ten compasión de mí, conforme a tu promesa. Salmo 119:57-58
Recuerda las promesas que me hiciste, en las cuales he puesto mi esperanza. En mi aflicción, ellas son mi consuelo; pues tu palabra me infunde nueva vida. Salmo 119:49-50
Porque así como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos. Romanos 5:19
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un solo hombre, y por medio del pecado entró la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia mediante un solo hombre, Jesucristo. Romanos 5:12,17
Pero Dios muestra su amor por nosotros en que, cuando aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Con mucha más razón, ahora que ya hemos sido justificados en su sangre, seremos salvados del castigo por medio de él. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, mucho más ahora, que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida. Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación. Romanos 5:8-11