Call Us : +1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Jesús dijo a sus discípulos: «Por eso les digo que no se preocupen por su vida ni por lo que han de comer, ni por su cuerpo ni por lo que han de vestir». Lucas 12:22
¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: ‘¡Cuán hermosa es la llegada de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!’ Romanos 10:15
¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas! Los pies del que anuncia la paz, del que trae buenas noticias, del que anuncia salvación, del que le dice a Sión: ¡Tu Dios reina! Isaías 52:7
Envía tu luz y tu verdad; ellas me guiarán hasta tu santo monte, me conducirán hasta el templo donde habitas. Me acercaré entonces a tu altar, mi Dios, y allí, mi Dios, te alabaré al son del arpa, pues tú eres mi Dios, mi gozo y alegría. Salmo 43:3-4
Dios mío, ¡hazme justicia! ¡Defiéndeme! ¡Líbrame de gente impía, mentirosa e inicua!… ¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador! Salmos 43:1,5
¡Bendito seas, Señor! ¡Grande ha sido tu misericordia por mí! ¡Me pusiste en una ciudad fortificada! En mi angustia llegué a pensar que me habías apartado de tu vista, pero tú escuchaste mi voz suplicante en el momento en que a ti clamé. Ustedes, fieles del Señor, ¡ámenlo! El Señor cuida de quienes le son fieles, pero a los que actúan guiados por la soberbia les da el castigo que merecen. Ustedes, los que esperan en el Señor, ¡esfuércense, y cobren ánimo! Salmo 31:21-24
Puesto que Cristo sufrió por nosotros en su cuerpo, también ustedes deben adoptar esa misma actitud, porque quien sufre en su cuerpo pone fin al pecado. 1 Pedro 4:1
En todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:37
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ustedes ya están limpios, por la palabra que les he hablado. Juan 15:1-3
Pues si nuestro corazón nos reprende, Dios es mayor que nuestro corazón, y él sabe todas las cosas. 1 Juan 3:20