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ALIMENTO DIARIO
¡Aleluya! Alabemos al Señor, porque él es bueno, porque su misericordia permanece para siempre. ¿Quién podrá contar las grandes obras del Señor? ¿Quién podrá cantar sus alabanzas? ¡Dichosos los que imparten justicia y siempre practican el derecho! Señor, acuérdate de mí cuando tu bondad alcance a tu pueblo; ¡ven a brindarme tu salvación! Déjame ver tu bondad hacia tus escogidos; déjame participar de la alegría de tu pueblo, y alabarte en compañía de los que son tuyos. Salmo 106:1-5
Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana. Mateo 11:28-30
Porque: El que quiera amar la vida y llegar a ver días buenos, debe refrenar su lengua del mal, y sus labios no deben mentir. 1 Pedro 3:10
Pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Gálatas 3:26
… está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después venga el juicio. Hebreos 9:27
Pero como ya han sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios, el provecho que obtienen es la santificación, cuya meta final es la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6:22-23
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en todos los problemas. ¡Con nosotros está el Señor de los ejércitos! ¡Nuestro refugio es el Dios de Jacob! Salmo 46:1,7
Les digo esto para que nadie los engañe con palabras persuasivas, porque aunque físicamente estoy lejos de ustedes, en el espíritu estoy entre ustedes, y me alegra ver su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo. Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados. Colosenses 2:4-7
Pero Dios, cuya misericordia es abundante, por el gran amor con que nos amó, nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado). Efesios 2:4-5