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ALIMENTO DIARIO
«Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él.» Proverbios 22:6
«Señor, tú has sido propicio a tu tierra: has hecho volver a Jacob de su cautividad, has perdonado la iniquidad de tu pueblo, has perdonado todos sus pecados, has reprimido completamente tu enojo, has alejado de ti el ardor de tu ira. ¡Ahora restáuranos, Dios de nuestra salvación! ¡Deja ya de estar airado contra nosotros! Señor, ¡danos muestras de tu misericordia! ¡Concédenos tu salvación!» Salmo 85:1-4; 7
«Pero ellos no quisieron escuchar, sino que volvieron la espalda y se taparon los oídos para no oír; endurecieron su corazón como el diamante, para no oír la ley ni las palabras que el Señor de los ejércitos enviaba por medio de su espíritu y de los profetas de antaño. Por eso el Señor de los ejércitos se enojó en gran manera.» Zacarías 7:11-12
«Cuando Jesús oyó esto, le dijo: ‘No temas. Sólo debes creer, y tu hija será sanada.'» Lucas 8:50
«En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.» Efesios 4:32
«Para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ‘¡Abba, Padre!’ Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, también eres heredero de Dios por medio de Cristo.» Gálatas 4:5-7
«Como es obligación de todos los israelitas y los levitas llevar a los almacenes del templo las ofrendas de grano, vino y aceite, porque allí están los utensilios sagrados que usan los sacerdotes, los porteros y los cantores, nos comprometimos a no abandonar el templo de nuestro Dios.» Nehemías 10:39
«Jesús le dijo: ‘Tu hermano resucitará.’ Marta le dijo: ‘Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final.’ Jesús le dijo: ‘Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.'» Juan 11:23-26
«Con mis labios le pedí ayuda; con mi lengua exalté su nombre. Si mi corazón se hubiera fijado en la maldad, el Señor no me habría escuchado. Pero lo cierto es que Dios me escuchó y atendió a la voz de mi súplica. ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me escatimó su misericordia!» Salmo 66:17-20
«Pero lejos esté de mí el jactarme, a no ser en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.» Gálatas 6:14