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ALIMENTO DIARIO
Por tanto, no hay ninguna condenaciĂłn para los que estĂĄn unidos a Cristo JesĂșs, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al EspĂritu, porque la ley del EspĂritu de vida en Cristo JesĂșs me ha librado de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:1-2).
DespuĂ©s Dios el Señor dijo: «No estĂĄ bien que el hombre estĂ© solo; le harĂ© una ayuda a su medida.» … Con la costilla que sacĂł del hombre, Dios el Señor hizo una mujer… (GĂ©nesis 2:18, 22a).
Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados (Colosenses 2:6-7).
Asà que ustedes deben mantenerse despiertos, porque no saben cuåndo vendrå el señor de la casa, si al caer la tarde, o a la medianoche, o cuando cante el gallo, o al amanecer; no sea que venga cuando menos lo esperen, y los encuentre dormidos. Esto que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¥Manténganse despiertos! (Marcos 13:35-37).
La oración de fe sanarå al enfermo, y el Señor lo levantarå de su lecho. Si acaso ha pecado, sus pecados le serån perdonados. Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva (Santiago 5:15-16).
Pero el fruto del EspĂritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley (GĂĄlatas 5:22-23).
Presten atenciĂłn, que les voy a contar un misterio: No todos moriremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final. Pues la trompeta sonarĂĄ, y los muertos serĂĄn resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados (1 Corintios 15:51-52).
Por tanto, como el pecado entrĂł en el mundo por un solo hombre, y por medio del pecado entrĂł la muerte, asĂ la muerte pasĂł a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. … Pues si por la transgresiĂłn de uno solo reinĂł la muerte, mucho mĂĄs reinarĂĄn en vida los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia mediante un solo hombre, Jesucristo (Romanos 5:12, 17).
Hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber lo que pasarĂĄ con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que no tienen esperanza. … sino que el Señor mismo descenderĂĄ del cielo con voz de mando, con voz de arcĂĄngel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarĂĄn primero. Luego nosotros, los que aĂșn vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y asĂ estaremos con el Señor siempre. Por lo tanto, anĂmense unos a otros con estas palabras (1 Tesalonicenses 4:13, 16-18).
… [JesĂșs] estaba enseñando a sus discĂpulos. Les decĂa: «El Hijo del Hombre serĂĄ entregado a los poderes de este mundo, y lo matarĂĄn. Pero, despuĂ©s de muerto, al tercer dĂa resucitarĂĄ.» Ellos no entendieron lo que JesĂșs quiso decir con esto, pero tuvieron miedo de preguntĂĄrselo (Marcos 9:31-32).