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ALIMENTO DIARIO
Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mateo 28:19).
Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios (Efesios 2:8).
También Dios escogió lo vil del mundo y lo menospreciado, y lo que no es, para deshacer lo que es (1 Corintios 1:28).
Jesús les dijo: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed» (Juan 6:35).
Que todos nos consideren servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (1 Corintios 4:1).
Manténganse atentos y firmes en la fe; sean fuertes y valientes (1 Corintios 16:13).
Lunes de Pascua Ese mismo día, dos de ellos iban de camino a una aldea llamada Emaús, que distaba de Jerusalén sesenta estadios. Iban hablando de todo lo que había sucedido, y mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y los iba acompañando… Se veían tan tristes que Jesús les preguntó: «¿De qué tanto hablan ustedes?» Uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha sucedido en estos días?» «¿Y qué ha sucedido?», preguntó Jesús. Y ellos le respondieron: «Lo de Jesús de Nazaret, que ante Dios y ante todo el pueblo era un profeta poderoso en hechos y en palabra (Lucas 24:13-15, 17-19).
Pascua de Resurrección El primer día de la semana… las mujeres regresaron al sepulcro… [y] se encontraron con que la piedra del sepulcro había sido quitada, entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. …dos hombres con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas [y] les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. ¡Ha resucitado! Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea: «Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado. Pero al tercer día resucitará»» (Lucas 24:1-7).
Sábado de Gloria José era de Arimatea, una ciudad de Judea, y también esperaba el reino de Dios, así que fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Después de bajarlo de la cruz, envolvió el cuerpo en una sábana y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en donde aún no se había sepultado a nadie. Era el día de la preparación, y estaba por comenzar el día de reposo. Acompañaron a José las mujeres que habían venido con Jesús desde Galilea, y vieron el sepulcro y cómo fue colocado el cuerpo (Lucas 23:51b-55).
Viernes Santo Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde hubo tinieblas sobre toda la tierra. El sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. En ese momento Jesús clamó a gran voz, y dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.» Y después de haber dicho esto, expiró (Lucas 23:44-46).