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ALIMENTO DIARIO
Si ustedes llaman «Padre» a aquel que al juzgar se fija en lo que se ha hecho y no en quién lo hizo, vivan el resto de sus vidas en el temor de Dios. Ustedes saben que fueron rescatados de una vida sin sentido, la cual heredaron de sus padres; y que ese rescate no se pagó con cosas corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, sin mancha y sin contaminación, como la de un cordero, que ya había sido destinado desde antes de que Dios creara el mundo, pero que se manifestó en estos últimos tiempos por amor a ustedes. Por él ustedes creen en Dios, que fue quien lo resucitó de los muertos y lo ha glorificado, para que ustedes tengan puesta su fe y su esperanza en Dios. Y ahora, ya que se han purificado mediante su obediencia a la verdad, para amar sinceramente a sus hermanos, ámense los unos a los otros de todo corazón, pues ustedes han nacido de nuevo, y no de una simiente perecedera, sino de una simiente imperecedera, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: «Todo hombre es como la hierba, y toda su gloria es como una flor. La hierba se seca, y la flor se marchita, pero la palabra del Señor permanece para siempre.» Y éstas son las buenas noticias que se les han anunciado. 1 Pedro 1:17-25
Entonces Pedro se puso de pie, junto con los otros once, y con potente voz dijo: «Varones judíos, y ustedes, habitantes todos de Jerusalén, sepan esto, y entiendan bien mis palabras… Sépalo bien todo el pueblo de Israel, que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Cristo.» Al oír esto, todos sintieron un profundo remordimiento en su corazón, y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: «Hermanos, ¿qué debemos hacer?» Y Pedro les dijo: «Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos, para todos los que están lejos, y para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios llame.» Y con muchas otras palabras les hablaba y los animaba. Les decía: «Pónganse a salvo de esta generación perversa.» Fue así como los que recibieron su palabra fueron bautizados, y ese día se añadieron como tres mil personas. Hechos 2:14, 36-41
Los lazos de la muerte me envolvieron, y me angustié al verme tan cerca del sepulcro; mi vida era de angustia y de aflicción constante. Pero en el nombre del Señor clamé: «Señor, ¡te ruego que me salves la vida!» Salmo 116:3-4
[Dijo el Señor:] Clama a mí, y yo te responderé; te daré a conocer cosas grandes y maravillosas que tú no conoces. Jeremías 33:3
La noche de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos estaban reunidos a puerta cerrada en un lugar, por miedo a los judíos. En eso llegó Jesús, se puso en medio y les dijo: «La paz sea con ustedes.» Y mientras les decía esto, les mostró sus manos y su costado. Y los discípulos se regocijaron al ver al Señor. Entonces Jesús les dijo una vez más: «La paz sea con ustedes. Así como el Padre me envió, también yo los envío a ustedes.» Y habiendo dicho esto, sopló y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les serán perdonados; y a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados. Juan 20:19-23
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia y mediante la resurrección de Jesucristo nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva… Ustedes aman a Jesucristo sin haberlo visto, y creen en él aunque ahora no lo ven, y se alegran con gozo inefable y glorioso, porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación. 1 Pedro 1:3, 8-9
… así que [los líderes religiosos] llamaron a los apóstoles y, después de azotarlos, les advirtieron que no siguieran hablando en el nombre de Jesús y los pusieron en libertad. Los apóstoles salieron del concilio felices de haber sido dignos de sufrir por causa del Nombre. Y todos los días, no dejaban de enseñar y de anunciar en el templo y por las casas las buenas noticias acerca de Cristo Jesús. Hechos 5:40-42
Entonces Moisés y los hijos de Israel elevaron este cántico al Señor. Dijeron: Cantaré al Señor, que se ha engrandecido… El Señor es mi fortaleza y mi cántico; ¡el Señor es mi salvación! Éxodo 15:1-2 Jesús se acercó y les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén. Mateo 28:18-20
Domingo de Pascua Pero Moisés le dijo al pueblo: «No tengan miedo. Manténganse firmes, y vean la salvación que el Señor llevará hoy a cabo en favor de ustedes.» Éxodo 14:13 Pero el ángel les dijo a las mujeres: «No teman. Yo sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como él dijo… vayan pronto y digan a sus discípulos que él ha resucitado de los muertos… En eso, Jesús les salió al encuentro y les dijo: …»No teman. Vayan y den la noticia a mis hermanos, para que vayan a Galilea.» Mateo 28:5-10
Sábado de Gloria José de Arimatea… le rogó a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo permitió. Entonces José fue y se llevó el cuerpo de Jesús… En el lugar donde Jesús fue crucificado, había un huerto, y en el huerto había un sepulcro nuevo, en el que aún no habían puesto a nadie. Y por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. Juan 19:38-42