ALIMENTO DIARIO

  • "Quejas"


  • septiembre 21, 2021

  • Pero la gente extranjera que se mezcló con ellos sintió un apetito incontenible, y los hijos de Israel volvieron a llorar y dijeron: «¡Cómo nos gustaría que alguien nos diera a comer carne! ¡Cómo extrañamos el pescado que comíamos en Egipto! ¡Y los pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos que nos regalaban! ¡Ahora andamos con la garganta reseca, pues no vemos nada más que este maná!»… Moisés oyó que el pueblo lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda, y la ira del Señor se encendió en gran manera, y también a Moisés le pareció mal. Entonces Moisés le reclamó al Señor: «¿Por qué le has hecho este mal a tu siervo? ¿Por qué no soy digno de tu bondad? ¿Por qué has puesto sobre mí la carga de todo este pueblo? ¿Acaso yo lo concebí? ¿O acaso yo lo engendré, para que me pidas llevarlo en mi seno, como si fuera yo su madre y los estuviera amamantando, hasta la tierra que prometiste dar a sus padres? ¿De dónde voy yo a sacar carne para alimentar a todo este pueblo? Ellos lloran, y vienen a decirme: «¡Danos a comer carne!» ¡Yo solo no puedo soportar a todo este pueblo! ¡Me es una carga demasiado pesada! Si así me vas a tratar, voy a agradecerte que me mates. Y si acaso merezco tu favor, ¡no me dejes ver mi propia desgracia!» El Señor le dijo a Moisés: «Junta a setenta ancianos de Israel, de los que tú sepas que son ancianos y jefes del pueblo, y llévalos hasta la entrada del tabernáculo de reunión. Diles que esperen allí contigo… Moisés salió de allí y repitió ante el pueblo las palabras del Señor; luego reunió a los setenta ancianos del pueblo, y los hizo esperar alrededor del tabernáculo. Números 11: 4-6, 10-16, 24

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  • "Gloria duradera"


  • septiembre 20, 2021

  • ¡Sea tu gloria eterna, Señor! ¡Que te regocijen las obras que has hecho! Si miras la tierra, ésta tiembla; si tocas los montes, éstos echan humo. Señor, ¡toda mi vida te cantaré! Dios mío, ¡yo te cantaré salmos mientras viva! Salmo 104: 31-33

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  • "Regalos completos"


  • septiembre 17, 2021

  • Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni sombra de variación. Él, por su propia voluntad, nos hizo nacer por medio de la palabra de verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. Santiago 1: 17-18

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  • "Un tiempo tranquilo"


  • septiembre 16, 2021

  • Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quería que nadie lo supiera, porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del Hombre será entregado a los poderes de este mundo, y lo matarán. Pero, después de muerto, al tercer día resucitará.» Ellos no entendieron lo que Jesús quiso decir con esto, pero tuvieron miedo de preguntárselo. Marcos 9: 30-32

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  • "Actuar sabiamente"


  • septiembre 15, 2021

  • ¿Quién de ustedes es sabio y entendido? Demuéstrelo con su buena conducta, y por medio de actos realizados con la humildad propia de la sabiduría. Pero si ustedes abrigan en su corazón amargura, envidia y rivalidad, no tienen de qué presumir y están falseando la verdad. Esta clase de sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino que es terrenal, estrictamente humana, y diabólica. Pues donde hay envidias y rivalidades, allí hay confusión y toda clase de mal. Pero la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura, y además pacífica, amable, benigna, llena de compasión y de buenos frutos, ecuánime y genuina. Y el fruto de la justicia se siembra en paz para los que trabajan por la paz. Santiago 3: 13-4: 10

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  • "La sed de justicia"


  • septiembre 14, 2021

  • Tú, Señor me lo hiciste saber, y yo lo comprendí. Tú hiciste que yo me diera cuenta de sus obras. Yo parecía un cordero inocente que llevan al degolladero. No entendía lo que estaban tramando contra mí, cuando decían: «Destruyamos el árbol con su fruto. Cortémoslo de esta tierra de los vivientes, y que de su nombre no quede ni el recuerdo.» Pero tú, Señor de los ejércitos, que juzgas con justicia y que escudriñas la mente y el corazón, permíteme ver cómo te vengas de ellos, porque ante ti he expuesto mi causa. Jeremías 11: 18-20

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  • "Sostenido"


  • septiembre 13, 2021

  • Dios mío, ¡escucha mi oración! ¡Presta oído a las palabras de mi boca! Gente extraña se ha levantado contra mí; gente violenta intenta matarme. Dios mío, ¡son gente que no te toma en cuenta! Pero tú, mi Dios, eres quien me ayuda; tú, Señor, eres quien sustenta mi vida. Salmo 54: 2-4

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  • "¿Quieres ser mi vecino?"


  • septiembre 10, 2021

  • Bien harán ustedes en cumplir la ley suprema de la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Santiago 2: 8

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  • "Puesto en pie"


  • septiembre 9, 2021

  • Cuando se lo llevaron, tan pronto como el espíritu vio a Jesús, sacudió al muchacho con violencia, y éste cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca. Jesús le preguntó al padre: «¿Desde cuándo le sucede esto?» Y el padre respondió: «Desde que era niño. Muchas veces lo arroja al fuego, o al agua, con la intención de matarlo. Si puedes hacer algo, ¡ten compasión de nosotros y ayúdanos!» Jesús le dijo: «¿Cómo que «si puedes»? Para quien cree, todo es posible.» Al instante, el padre del muchacho exclamó: «¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!» Cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu impuro y le dijo: «Espíritu sordo y mudo, ¡yo te ordeno que salgas de este muchacho, y que nunca vuelvas a entrar en él!» El espíritu salió gritando y sacudiendo con violencia al muchacho, el cual se quedó como muerto. En efecto, muchos decían: «Está muerto.» Pero Jesús lo tomó de la mano, lo enderezó, y el muchacho se puso de pie. Cuando Jesús entró en la casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?» Jesús les respondió: «Estos demonios no salen sino con oración.» Marcos 9: 20-29

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  • "La lengua de Jesús"


  • septiembre 8, 2021

  • Hermanos míos, no se convierta la mayoría de ustedes en maestros. Bien saben que el juicio que recibiremos será mayor. Todos cometemos muchos errores. Quien no comete errores en lo que dice, es una persona perfecta, y además capaz de dominar todo su cuerpo. A los caballos les ponemos un freno en la boca, para que nos obedezcan, y así podemos controlar todo su cuerpo. Y fíjense en los barcos: Aunque son muy grandes e impulsados por fuertes vientos, se les dirige por un timón muy pequeño, y el piloto los lleva por donde quiere. Así es la lengua. Aunque es un miembro muy pequeño, se jacta de grandes cosas. ¡Vean qué bosque tan grande puede incendiarse con un fuego tan pequeño! Y la lengua es fuego; es un mundo de maldad. La lengua ocupa un lugar entre nuestros miembros, pero es capaz de contaminar todo el cuerpo; si el infierno la prende, puede inflamar nuestra existencia entera. La gente puede domesticar y, en efecto, ha domesticado, a toda clase de bestias, aves, serpientes y animales marinos, pero nadie puede domesticar a la lengua. Ésta es un mal indómito, que rebosa de veneno mortal. Con la lengua bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los seres humanos, que han sido creados a imagen de Dios. De la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, ¡esto no puede seguir así! ¿Acaso de una misma fuente puede brotar agua dulce y agua amarga? No es posible, hermanos míos, que la higuera dé aceitunas, o que la vid dé higos. Ni tampoco puede ninguna fuente dar agua salada y agua dulce. Santiago 3: 1-12

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