"El Rey de paz"
Pero María le dijo al ángel: «¿Y esto cómo va a suceder? ¡Nunca he estado con un hombre!» ... ¡Para Dios no hay nada imposible!» María dijo entonces: «Yo soy la sierva del Señor. ¡Cúmplase en mí lo que has dicho!» Y el ángel se fue de su presencia (Lucas 1:34,37-38).
¿Te imaginas cómo se habrá sentido María al escuchar las palabras del ángel? Lo más probable es que haya experimentado una mezcla de sorpresa, temor, duda y asombro. Su vida iba a cambiar para siempre, y no de una manera fácil. Ella iba a ser la madre del Mesías, el Hijo de Dios, pero también iba a enfrentar el rechazo, la persecución y el dolor.
Sin embargo, María no se dejó dominar por el miedo ni por la incredulidad, sino que confió en que Dios tenía un propósito para su vida, y que él la iba a cuidar y a sostener. En esa confianza se entregó a la voluntad de Dios, diciendo: "Yo soy la sierva del Señor. ¡Cúmplase en mí lo que has dicho!"
María nos enseña una lección muy importante: la paz no depende de las circunstancias, sino de lo que llevamos en el corazón. La paz es el resultado de confiar en Dios, de creer que él es bueno, fiel y poderoso. La paz es el fruto de obedecer a Dios, de seguir sus planes y sus mandamientos. La paz es un regalo del Espíritu Santo de Dios que mora en nosotros.
Hay momentos en que nos sentimos como María, enfrentando una situación que no entendemos, que nos asusta o desafía. Tal vez nos preguntamos: ¿Cómo será esto? ¿Cómo voy a salir adelante? ¿Qué va a pasar con mi futuro? Recordemos que Dios está con nosotros. Él nos ama y él tiene el control. No dejemos que el miedo nos robe la paz. Más bien, entreguémosle la vida a Dios diciendo como María: "He aquí tu siervo; hágase conmigo conforme a tu palabra". Y descansemos en la paz que sobrepasa todo entendimiento, la paz que solo Dios puede dar.
Señor, dame de tu paz aun en medio de la incertidumbre. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo reaccionas ante lo desconocido?
* ¿Qué puedes hacer para mantener la paz en medio de la adversidad?
Abigaíl Ramírez
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