"Aunque no creas, Dios igual cumple"
Zacarías le preguntó al ángel: «¿Y cómo voy a saber que esto será así? ¡Yo estoy ya muy viejo, y mi esposa es de edad avanzada!» El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, y estoy en presencia de Dios. He sido enviado a hablar contigo para comunicarte estas buenas noticias. Pero como no has creído mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo, ahora vas a quedarte mudo, y no podrás hablar hasta el día en que esto suceda» (Lucas 1:18-20).
Este pasaje me produce sentimientos encontrados. Ante la buena noticia, la muy buena noticia, Zacarías saca la cuenta, sopesa el mensaje del ángel y considera las posibilidades. No hay caso. Zacarías no ve posibilidades. Dios tendrá buena disposición y hasta se tomó el trabajo de enviar un mensajero celestial, pero parece que llegó con algo de atraso.
No tenemos que olvidar que Zacarías estaba cerca del altar del incienso. Estaba ministrando, oficiando su sacerdocio, concentrado en las cosas de Dios. Pero, cuando las cosas de Dios se hacen reales, de acuerdo a él a destiempo, no cree que lo que está escuchando pueda hacerse realidad, o al menos no sabe cómo. Irónico, porque cualquier matrimonio sabe muy bien cómo se produce un bebé.
Sin embargo, a pesar de la incapacidad de Zacarías de creer, Dios igual cumple. Su incredulidad no anula la promesa de Dios ni la promesa que Dios hizo a la humanidad de enviar a un Mesías. Dios no abandona su plan de gracia y amor porque se encuentre con piedras duras en el camino. Dios sigue adelante. La promesa de que Zacarías tendrá un hijo, y de que ese hijo le causará gozo y alegría siguió vigente en la voluntad de Dios.
Da pena ver que Zacarías, hombre íntegro delante de Dios, se tenga que quedar mudo por dudar de la capacidad de Dios. Pero esa mudez prepara a Zacarías para estallar de alegría en unos pocos meses.
Amado Padre, tus buenas noticias siguen viniendo hoy a nuestras vidas. Ayúdanos a creerlas sin dudar. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Dudas a veces de las promesas divinas? ¿Qué lección recibes de esta historia de hoy?
* ¿Te sorprende Dios con sus promesas?
Rev. Héctor Hoppe
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