"Ocúpate de tus propios asuntos"
Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios! ... Porque así como en un cuerpo hay muchos miembros, y no todos los miembros tienen la misma función, así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a los demás. Ya que tenemos diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, si tenemos el don de profecía, usémoslo conforme a la medida de la fe. Si tenemos el don de servicio, sirvamos; si tenemos el don de la enseñanza, enseñemos; si tenemos el don de exhortación, exhortemos; si debemos repartir, hagámoslo con generosidad; si nos toca presidir, hagámoslo con solicitud; si debemos brindar ayuda, hagámoslo con alegría (Romanos 12:1, 4-8).
"Ocúpate de tus propios asuntos". Esta frase tiene un significado útil para los cristianos cuando pensamos en todas las necesidades que hay para suplir. ¿Enviar dinero a Ucrania? ¿Alimentar y albergar a personas sin hogar? ¿Trabajar contra los desastres naturales? ¿Educar a niños? ¿Cuidar a una persona mayor que se siente sola? ¿Escribir el boletín de la iglesia? ¡Las necesidades son tantas, que pueden paralizarnos!
Al respecto, Pablo nos dice que nos concentremos en los dones y funciones que Dios nos ha dado, teniendo en cuenta la etapa de la vida en la que estamos. ¿Estamos casados? ¿Tenemos hijos? Entonces debemos cuidar a nuestros cónyuges e hijos. ¿Somos estudiantes, trabajadores, jubilados? En cada una de esas faces de la vida Dios, a través del Espíritu Santo, nos da responsabilidades y oportunidades de servir.
Es muy fácil absorber toda la culpa y la desesperación del mundo. Pero nadie puede hacer frente a todo, ni siquiera por un solo día. Y Dios no espera que lo hagamos. Después de todo, no somos el Salvador del mundo. Pero sí somos su cuerpo.
Jesús satisfizo las necesidades del mundo entero, completa y finalmente, cuando entregó su vida en la cruz por todos nosotros. Su resurrección significa que todo el que confía en Él tiene la promesa de la vida eterna. Esta es la obra de Jesús como la cabeza del cuerpo, y nunca podremos igualarla. Nuestros trabajos son más pequeños pero muy importantes. Uno puede estar llamado a la política, mientras que otro está llamado a servir a los pobres. El Espíritu Santo coordinará todo. Qué honor y alivio saber que el peso del mundo está donde corresponde, sobre Jesús, y no sobre nosotros.
Querido Jesús, muéstrame lo que quieres que haga en tu Nombre y ayúdame a confiar en ti mientras lo hago. Amén.
Para reflexionar:
* ¿En qué momentos o situaciones tratas de hacer demasiado?
* ¿Cuándo has visto a Dios usando a su pueblo para satisfacer las necesidades del mundo?
Dra. Kari Vo
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