
"¿Nadie me oye?"

"Ustedes todos, los que temen a Dios, vengan y escuchen lo que él ha hecho conmigo. Con mis labios le pedí ayuda; con mi lengua exalté su nombre. Si mi corazón se hubiera fijado en la maldad, el Señor no me habría escuchado. Pero lo cierto es que Dios me escuchó y atendió a la voz de mi súplica. ¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me escatimó su misericordia!" Salmo 66:16-20
¿Cuántos "no" recibes al día? Un "no" puede ser importante para superar un vicio, o para evitar un accidente. Pero un "no" que trae aflicción, que sugiere menosprecio, que te hace perder la esperanza, puede ser difícil de soportar.
Cada vez que recibes uno de esos "no", necesitas refugiarte en un lugar seguro, tener a alguien que te escuche, que conozca profundamente tus miedos, defectos y pecados y, aun así, estar dispuesto a escucharte. Ese alguien es Jesús. Habla con él, y recibirás su comprensión y su amor. Entonces tú también podrás decir: "¡Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni me escatimó su misericordia!" (Salmo 66:20).
ORACIÓN: Amado Salvador, gracias por escucharme y perdonarme a diario. Tú conoces lo más profundo de mi ser, y aún así sigues amándome. Amén.
© Copyright 2015 Cristo Para Todas Las Naciones