
"¿Cómo es tu papá?"

(Juan 8:21)
Entonces Jesús les dijo: "Cuando ustedes hayan levantado al Hijo del Hombre, sabrán entones que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que hablo según lo que el Padre me enseñó." Juan 8:28
¿Quién puede decir respecto de su Padre: "Yo hago siempre lo que a él le agrada"? Jesús pudo decirlo, y me imagino que con mucho respeto y orgullo.
En el largo cruce de palabras del texto para hoy, se discute la paternidad de Jesús y la de los fariseos. Éstos, enemigos de Jesús, se consideraban hijos de Abrahán (v 39) y por lo tanto hijos de Dios, y consideraban a Jesús un hijo de padre ilegítimo: "Nosotros no hemos nacido de un acto de inmoralidad" (v 41), le dijeron, dando vuelta las cosas. ¡Jesús es hijo de Dios y ellos hijos del diablo!
¿Te has dado cuenta? Los fariseos no hablaban con orgullo de su Padre. Nunca anunciaron su amor y su cuidado, ni se mostraron felices de ser hijos de su padre Dios, sino arrogantes, como si ellos hubieran sido quienes eligieran a su Padre.
Jesús desempeñó su vocación de hijo en plena obediencia. "Hablo según lo que el Padre me enseñó" (v 28). "Hago siempre lo que a él le agrada" (v 29). "Yo le digo al mundo lo que de él sé" (v 26). Pregúntale a Jesús: "¿Cómo es tu papá?" Verás que te responde con gran orgullo: "Mi Padre es respetuoso de todos. Muy celoso, por cierto, no tolera lo malo. Mi Padre está lleno de amor, por eso buscó la forma de traer de regreso a sí a todos sus hijos perdidos. Mi Padre tiene una casa grande, y me pidió a mí que la tuviera preparada para cuando ustedes vengan" (Juan 14:2).
El Padre de Jesús es también nuestro Padre. Nacimos como hijos de Dios en nuestro bautismo. ¿Estás orgulloso de tu Padre celestial? ¿Haces lo que a él le agrada? ¿Le dices al mundo lo que de él sabes?
Señor Jesús, ayúdanos a compartir lo que sabemos cuando nos pregunten: "¿Cómo es tu papá?" Amén.
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