"¡Se acerca el día!"

Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca (Filipenses 4:4-5).

¡Se acerca el día! Así dice la gente cuando falta poco para que llegue alguna fecha importante o se avecine algún magno evento. El nacimiento de un bebé, el día de una boda, el primer día de trabajo en una nueva empresa. ¡La Navidad!

Puede que el gran día se refiera a una visita especial. Un viejo amigo de la niñez, una excompañera de trabajo, familiares que vienen de lejos a vernos. ¡La visita de Papá Noel! ¡Se acerca el día!

La Navidad celebra ese gran día que el niño Jesús nos visitó, Su primera venida al mundo para salvar al mundo de los pecados que nos separan de Dios y de los demás. Por eso la Navidad es motivo de gran gozo en la historia de los pueblos hispanos. La Navidad celebra que Jesús es el gran regalo del cielo que nos ha visitado para reconciliarnos con Dios y con nuestros prójimos. Y los regalos de Navidad nos recuerdan ese gran regalo, su Hijo Jesús, que Dios nos ha dado para nuestro bien eterno.

Vemos, sin embargo, que el pecado sigue aferrándose a nuestras vidas. No siempre amamos a Dios y a los demás. Pero se acerca otro día. Jesús vendrá una segunda vez para salvarnos del yugo del pecado de forma definitiva. Nos visitará en ese gran día final.

¡El Señor está cerca! (v. 5b)—dice el apóstol San Pablo. ¡Se acerca el día!

¿Y cuál es la mejor forma de prepararse para ese magno evento, esa gran visita? Pablo nos dice que la mejor manera es esperar al visitante especial con gozo: “Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense!” (v. 4).

También nos dice Pablo que nos preparemos para la visita del Señor Jesús amándonos los unos a los otros. Nos exhorta, diciendo: “Que la gentileza de ustedes sea conocida de todos los hombres” (v. 5a). Así como celebramos la primera visita de Jesús en la Navidad dándonos regalos, asimismo nos preparamos para Su segunda visita compartiendo nuestras vidas.

Señor Jesús, Tú que nos visitas en esta Navidad y nos visitarás en el gran día final, danos siempre el gozo de Tu salvación. Amén.

Para reflexionar:
* ¿De qué formas expresas tu gozo en el Señor?
* ¿De qué formas expresas tu gentileza hacia los demás?

Profesor Leopoldo Sánchez

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