"Tu esfuerzo tiene dueño"

Cuando sirvan, háganlo de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres (Efesios 6:7).

¿Te ha pasado que haces algo con esmero, y nadie lo nota? A mí sí. Como cuando lavas los platos y en un rato hay otra montaña. O cuando te desvives en el trabajo y apenas recibes un “gracias”. Es frustrante. Pero este versículo de Efesios cambia la perspectiva: tu esfuerzo tiene dueño, y ese dueño es Cristo.

Pablo le escribió esto a los cristianos en Éfeso, muchos de ellos siervos o empleados en condiciones duras. Él no les dice que su valor depende de su jefe humano, sino que cada acto de obediencia hecho “como para el Señor” es valioso a los ojos de Dios. Nuestras buenas obras no ganan la salvación —esa ya la ganó Cristo por ti en la Cruz— pero sí son fruto del Espíritu obrando en tu vida.

Jesús vivió un servicio perfecto. Él no buscó aplausos, sino hacer la voluntad del Padre, hasta dar Su vida por ti. Y ahora, por medio de Sus medios de gracia te capacita para servir de corazón. Cuando fallas te perdona, te restaura y te sigue formando.

Así que, si hoy nadie ve tu trabajo, recuerda: Cristo sí lo ve. Y Él ya te ha dado tu verdadera recompensa: Su amor eterno. Sirve con gozo, no para impresionar, sino para honrar a Dios. Ese lavadero lleno, ese informe pendiente, ese niño que pide atención… todo eso puede ser adoración.

Jesús, quien dio Su vida por ti, también valora cada acto sencillo hecho con amor. Él te ve, te sostiene y sigue obrando en ti. Sirves a un Rey que no olvida. Y eso le da sentido eterno incluso a lo más cotidiano. Así que, sirve con alegría, porque tu esfuerzo tiene dueño, y su nombre es Jesús.

Padre nuestro, gracias porque en Cristo tú valoras nuestro servicio y perdonas nuestras fallas. Capacítanos para servir con gozo y propósito, sabiendo que trabajamos para ti. En el nombre de Jesús. Amén.

Para reflexionar
* ¿Cómo cambia tu actitud al trabajar cuando recuerdas que es Cristo quien te llama a servir?
* ¿Qué tarea cotidiana, como lavar platos o responder correos, puedes ver ahora como una forma de honrar al Señor?

Diaconisa Noemí Guerra

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