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ALIMENTO DIARIO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad (Salmo 46:1 NTV).
Escuchar las palabras “tienes cáncer de mama” puede ser como recibir un golpe que te deja sin aliento. Se te aprieta el pecho, la mente corre sin control, y el miedo se mete hasta los huesos. Todo cambia: tus planes, tus prioridades, tu forma de ver la vida. Pero en medio de ese momento que parece sacudirlo todo, hay una verdad que no cambia: Dios sigue ahí, firme.
El Salmo de hoy no es una frase bonita para adornar una postal. Es una promesa viva. Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza. Y lo hermoso es que no solo está dispuesto a ayudarnos en los buenos tiempos, sino especialmente cuando la vida se nos desarma. Y esta promesa se cumple completamente en Jesús. Él vino a vivir en este mundo roto, a cargar con nuestro dolor, y a vencer el mal que tanto nos asusta.
Jesús no nos mira desde lejos. Él entró en nuestro sufrimiento y, en la Cruz, tomó todo aquello que nos agobia. Y cuando ya no puedes más, cuando sientes que tu fe se desmorona, Él no te suelta. Él te abraza, y por medio de su Palabra, del Bautismo y de la Santa Cena, te da lo que tú no puedes producir por ti mismo: paz, esperanza y fuerza nueva.
Y no solo te entiende, sino que te acompaña paso a paso. Cuando todo tiembla, Él permanece firme. Descansa en Él. Aférrate a Sus promesas. Y aunque el dolor esté presente, recuerda: en Cristo hay esperanza, hay vida, y hay propósito. Cuando todo se tambalea, Él te sostiene.
Padre nuestro, gracias por darnos a Jesús, quien se hizo nuestro refugio seguro. Danos fuerza para confiar en Él en medio del dolor. En el nombre de Jesús. Amén.
Para reflexionar:
*¿Qué promesa bíblica te ha ayudado a confiar cuando todo parece moverse sin control?
*¿Qué haces tú cuando algo inesperado te cambia los planes y te sacude la rutina?
El devocional de hoy va de la mano con el episodio del podcast Sentido Latino de Cristo Para Todas Las Naciones, donde reflexionamos hoy sobre este tema.
Diaconisa Noemí Guerra
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