"¿Cómo saber si estás listo para recibir la Santa Cena?"

Así que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor (1 Corintios 11:27).

¿Sabes qué estaba pasando en la iglesia de Corinto cuando Pablo les escribió esa carta? Era un desastre. La gente llegaba a la Santa Cena como si fuera una comida cualquiera. Algunos comían antes que los demás, otros tomaban tanto vino que quedaban borrachos. Y lo peor es que no estaban pensando en Jesús ni en lo que esa Cena significaba.

Por eso Pablo les habla fuerte a ellos y a nosotros. Pero no es para asustarte, sino para despertarte. Ayunar y prepararse físicamente antes de recibir la Santa Cena está bien, eso puede ayudar como una disciplina externa… pero en realidad, quien está verdaderamente preparado para recibir la Santa Cena es el que cree de corazón en las palabras de Jesús: “por ustedes dado” y “por ustedes derramada para perdón de los pecados”.

Si alguien no cree esas palabras entonces no está preparado ni lo recibe dignamente. Porque esas palabras —“por ustedes”— exigen un corazón que crea con sinceridad, sin fingir.

La manera esencial de prepararte para la Santa Cena no tiene que ver con lo que haces por fuera, sino con confiar en lo que Jesús prometió: que Su cuerpo fue entregado por ti, y Su sangre derramada por ti, para el perdón de tus pecados.

Esa fe viva en Él, en Su obra y en Sus palabras, es lo que realmente te hace digno y listo para recibir la Santa Cena.

Padre nuestro, gracias porque la preparación verdadera para recibir la Santa Cena no depende de lo que yo hago, sino de una fe sincera en las palabras de Jesús: que Su cuerpo fue dado y Su sangre derramada por mí, para el perdón de mis pecados. Gracias por darme esa fe que me hace digno de acercarme a Tu mesa. En el nombre de Jesús. Amén.

Para reflexionar:
* ¿Cómo te anima saber que Jesús te invita a Su mesa con amor y te recibe con los brazos abiertos?
* ¿Cómo puedes prepararte con gozo y gratitud para recibir ese regalo tan especial que Jesús te da?

Diaconisa Noemí Guerra

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