"Cómo Dios te ve"

Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús (Gálatas 3:28).

¿Te has sentido fuera de lugar? Como si, por cómo hablas, por tu historia, tu color de piel, tu educación o por lo que tienes (o no tienes), pareciera que no encajas del todo. Tal vez has pensado que no eres “suficiente”. Mira, todos pasamos por ahí. Yo también. Pero cuando uno se siente así, vale la pena preguntarse: ¿y cómo me ve Dios? Porque eso cambia todo.

Pablo, escribiendo a la iglesia en Gálatas, dejó algo bien claro: en Cristo ya no hay distinciones que nos separen o nos hagan sentir más o menos. En su tiempo, la gente dividía mucho: judíos y no judíos, hombres y mujeres, esclavos y libres. Pero Jesús vino a borrar esas líneas. Él nos dio una nueva identidad. Ya no somos definidos por lo que la sociedad dice, sino por lo que Él hizo por nosotros. Somos uno en Cristo.

Eso no quiere decir que todos somos iguales en cultura o personalidad. Las diferencias siguen ahí, pero no nos dividen y no son las que marcan nuestro valor. Cuando te sientas inseguro o cuando empieces a compararte con otros, recuerda cómo Dios te ve: como Su hijo, como Su hija, amado, valioso y perdonado.

Y si un día vuelves a caer en esas dudas (porque sí pasa), no te preocupes. Jesús te sigue llamando, perdonando y recordándote quién eres por medio de Su Palabra, el Bautismo y la Santa Cena.

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Padre nuestro, gracias porque en Cristo me ves como Tu hijo amado, sin importar lo que el mundo diga. Ayúdame a vivir confiando en esa verdad cada día. En el nombre de Jesús. Amén.

Para reflexionar:
* ¿Cómo cambia tu forma de verte saber que Dios te ve como Su hijo (a) amado (a) en Cristo?
* ¿Cómo te ayudan los medios de gracia a recordar la identidad que Dios te ha dado en Jesús?

El devocional va conectado con el episodio del podcast Sentido Latino de Cristo Para Todas Las Naciones, donde también hablaremos de este tema.

Diaconisa Noemí Guerra

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