ALIMENTO DIARIO

  • "Paz, vida y libertad"


  • julio 4, 2025
  • Yo los consolaré a ustedes como consuela una madre a sus hijos, y en Jerusalén hallarán consuelo (Isaías 66:13).


  • Hoy 4 de julio, Estados Unidos celebra su independencia, y recuerda la libertad conquistada hace más de dos siglos.

    Escuché alguna vez que John Adams y Thomas Jefferson, dos de los Padres Fundadores, trabajaron juntos por la independencia, pero con el tiempo se distanciaron por diferencias políticas. Su amistad se convirtió en enemistad, y pasaron años sin dirigirse la palabra. Pero, en su vejez, comenzaron a escribirse cartas, dejando atrás el rencor. Algo curioso es que los dos murieron el mismo día, el 4 de julio de 1826, reconciliados y en paz, exactamente 50 años después de la Declaración de Independencia.

    Este domingo es el cuarto domingo de Pentecostés, y recordamos que el Señor concede la paz y la vida a su Iglesia. La lectura de hoy nos recuerda que Dios prometió restaurar a su pueblo y consolarlo como una madre consuela a su hijo. Y esta promesa se cumplió plenamente en Cristo, quien vino a dar un consuelo, una paz eterna, vida y libertad.

    En la Cruz, llevó sobre sí nuestro pecado, nuestra enemistad con Dios y nuestra incapacidad de amar como deberíamos. Por su sangre, somos reconciliados con el Padre y tenemos la paz que nada en este mundo puede dar. Y con su Palabra y sus Sacramentos, nos sigue nutriendo y fortaleciendo, como una madre cuida de su hijo.

    Su sacrificio nos reconcilia con el Padre y nos ofrece una libertad que nada terrenal puede dar. Hoy, mientras celebras y agradeces a Dios por los Estados Unidos y su independencia, recuerda que la verdadera paz, vida y libertad vienen de Jesús. Ahora puedes compartir el regalo de esta noticia con alguien más.

    Padre nuestro, gracias porque nos consuelas como consuela una madre a sus hijos. Gracias porque en Cristo nos has reconciliado contigo. Enséñanos a descansar en la paz y libertad que solo Jesús nos da y a vivir en su gracia. En su nombre. Amén.

    Para reflexionar:
    * ¿Cuándo experimentaste el consuelo de Dios en un momento de ruptura o enemistad?
    * ¿De qué manera Cristo ha traído paz a tu vida cuando no podías encontrarla por ti mismo?

    Diaconisa Noemí Guerra


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