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ALIMENTO DIARIO
Algunos comenzaron a escupirlo, y mientras le cubrían el rostro y le daban de puñetazos, le decían: "¡Profetiza!" Y también los alguaciles le daban de bofetadas. Marcos 14:65Algunos comenzaron a escupirlo, y mientras le cubrían el rostro y le daban de puñetazos, le decían: "¡Profetiza!" Y también los alguaciles le daban de bofetadas. Marcos 14:65
Esto suena un poco raro. ¿Por qué la gente le decía «¡Profetiza!» a Jesús, mientras lo estaban golpeando? Si miramos la misma historia en Mateo, encontramos la respuesta: estaban jugando un juego macabro. Le habían vendado los ojos para que no pudiera ver, y cada vez que lo golpeaban, decían: «¡Profetízanos, Cristo; dinos quién te golpeó!» (Mateo 26:68).
Un juego macabro, pero una pregunta muy fácil de responder para Jesús. ¿Quién lo golpeó? Alguien a quien había venido a salvar. Alguien a quien había amado desde antes del comienzo del mundo. Alguien por quien sufriría y moriría en pocas horas. Alguien que lo necesitaba desesperadamente, lo supiera o no, alguien que necesitaba su perdón, su amor, su misericordia, su regalo de vida eterna.
Jesús se quedó allí y recibió la paliza, no solo por el bien de los que lo golpearon, sino también por nosotros, porque nuestros pecados fueron los que lo enviaron a la cruz. ¿Quién lo hizo? Yo. Tú. Todos nosotros. ¿Y quién nos amó antes, nos ama ahora y nos amará para siempre, compartiendo su gozo y vida eterna con nosotros? Jesús, solo y siempre Jesús.
ORACIÓN: Señor, solo podemos decirte «gracias». Te amamos. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
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