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ALIMENTO DIARIO
Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas ... buscaban alguna prueba contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. ... el sumo sacerdote le volvió a preguntar: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?" Jesús le respondió: "Yo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poderoso, y venir en las nubes del cielo." ... Y todos ellos lo condenaron y declararon que merecía la muerte. Marcos 14:53, 55b, 61b-62, 64bLlevaron a Jesús ante el sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas ... buscaban alguna prueba contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. ... el sumo sacerdote le volvió a preguntar: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?" Jesús le respondió: "Yo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poderoso, y venir en las nubes del cielo." ... Y todos ellos lo condenaron y declararon que merecía la muerte. Marcos 14:53, 55b, 61b-62, 64b
Jesús no dijo mucho cuando fue juzgado ante los sacerdotes y los ancianos. Se suponía que el tribunal obtendría su testimonio de testigos presenciales. Pero en el caso de Jesús, eso no funcionó. Si Jesús mismo no hablaba, no iban a conseguir una condena.
Pero Jesús habló. Respondió a la pregunta del sumo sacerdote: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Él no negaría a su Padre, ni siquiera permaneciendo en silencio. Solo podía dar una respuesta, ya que amaba mucho a Dios el Padre, y esa respuesta fue sí.
Pero hizo aún más, cuando confesó: «… verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poderoso…». El título «Hijo del Hombre» tiene mucho significado, pero el significado más básico es claro: Jesús es un ser humano que se hizo uno con las personas a las que vino a salvar. Él tampoco nos negará a nosotros. En la misma frase confesó su amor por el Padre y por nosotros. Y luego nos mostró ese amor en la cruz, obedeciendo al Padre y rescatándonos del poder del mal.
ORACIÓN: Gracias, Jesús, por amarme tanto como para morir por mí. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
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