+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Tan pronto como una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, supo que él había llegado, fue a su encuentro y se arrojó a sus pies. Esa mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio; pero Jesús le dijo: "Primero deja que los hijos queden satisfechos, porque no está bien quitarles a los hijos su pan y echárselo a los perritos". La mujer le respondió: "Es verdad, Señor. Pero hasta los perritos comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos". Entonces Jesús le dijo: "Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija". Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, y el demonio ya había salido de ella. Marcos 7:25-30Tan pronto como una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, supo que él había llegado, fue a su encuentro y se arrojó a sus pies. Esa mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio; pero Jesús le dijo: "Primero deja que los hijos queden satisfechos, porque no está bien quitarles a los hijos su pan y echárselo a los perritos". La mujer le respondió: "Es verdad, Señor. Pero hasta los perritos comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos". Entonces Jesús le dijo: "Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija". Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, y el demonio ya había salido de ella. Marcos 7:25-30
Nadie hubiera esperado que Jesús insultara a alguien, especialmente a una mujer indefensa con una hija enferma. Jesús no es así. Es por ello que esta historia nos desconcierta. ¿Qué significa? Quizás nos falta algo. Observemos que Jesús nunca le dice que no, sino que habla de alimentar a los hijos antes de que los perros reciban algo… y luego espera su reacción.
Ella podría haberse alejado llorando. Pero no lo hizo. ¿Por qué? Porque es una madre desesperada con una hija enferma. ¡¿A quién le importa el insulto?! Ninguna madre en esa situación se rendiría. No, seguirá molestando a Jesús. Y así, rápido como un relámpago, saca a los cachorros de debajo de la mesa.
¡Qué contento debió haber estado Jesús al ver su fe, esa fe que se levanta ante el rostro de Dios y se niega a ser derribada! No es de extrañar que Jesús le dijera: «Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija». Nosotros sabíamos desde el principio que él iba a sanar a la niña, ¿verdad? ¿Cuándo dejó Jesús una angustia tal sin ayuda?
ORACIÓN: Señor, incluso cuando parezca que estás en mi contra, ayúdame a seguir confiando en tu amor. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
© Copyright 2021 Cristo Para Todas Las Naciones