+1 800 972-5442 (en español)
+1 800 876-9880 (en inglés)
ALIMENTO DIARIO
Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito... Juan 3:16aPorque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito... Juan 3:16a
Queridos hermanos en Cristo:
La historia de la salvación en Jesucristo llega a todo el mundo. Para que los lectores de estas Devociones Diarias puedan ver el poder del Salvador a nivel mundial, hemos pedido a nuestras Oficinas Internacionales que escriban las devociones de los viernes. Oramos para que el Espíritu toque su corazón a través de ellas.
En Cristo,
Pastor Ken Klaus,
Orador The Lutheran Hour
Cristo Para Todas Las Naciones
¿Alguna vez se puso a pensar en cuánto nos ama Dios? A menudo escuchamos las palabras «Dios te ama», ¿pero comprendemos realmente lo que significan? ¿Nos damos cuenta de la profundidad del amor de Dios?
Al leer el Antiguo Testamento podemos ver la relación que había entre Dios e Israel. Dios amaba a su pueblo como un novio ama a su prometida, o aún más. Cuando le eran fieles y obedientes, Dios los amaba con un amor lleno de bendiciones. Cuando se apartaban de él continuaba amándolos con un amor lleno de tristeza. Aún sus castigos no eran más que un recordatorio de su amor, y un llamado al arrepentimiento.
Me considero afortunada de vivir en estos tiempos después de Cristo. Jesucristo murió por nosotros y cargó sobre sí el castigo que nuestros pecados merecían. A cambio de su sacrificio y resurrección, ahora nosotros podemos presentarnos limpios ante Dios. Es por ello que, en agradecimiento, tratamos de no herirlo viviendo una vida infiel apartada de su voluntad. Su amor siempre está con nosotros, pero cuando por nuestra rebeldía tropezamos y caemos apartándonos de él, su amor se entristece.
Dios quiere proveer para todas nuestras necesidades, y quiere hacer que nuestras vidas sean completas. Con el poder del Espíritu Santo, le invito a que viva en su amor, que confíe en él, y que camine con él cada día. Nadie dice que vaya a ser fácil cambiar nuestras costumbres pecaminosas y vivir como hijos de Dios, pero eso es lo que nuestro Salvador nos pide que hagamos. Eso es lo que hacen quienes saben que Dios envió a su Hijo al mundo «para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3:16b).
ORACIÓN: Gracias, Padre, por proveer el único sacrificio que podía quitarnos la culpa de nuestros pecados: tu hijo Jesucristo. Enséñanos a honrarlo, a seguirlo, y a amarlo, así como la novia ama a su prometido. En su nombre. Amén.
Biografía del autor:
Lena Pfitzinger nació en Alemania y a los cuatro años se mudó al sur de África. Vivió nueve años en Botswana, y cinco en Sudáfrica. Su padre es misionero y pastor.
Si desea más información sobre los Ministerios Internacionales, diríjase a «¿Dónde estamos?» en el menú, y seleccione el país que le interesa, o vaya a
CPTLN Internacional.