"No es justo"

Y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:27-28Y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:27-28

El mes pasado, Israel puso en libertad a más de 1.000 prisioneros palestinos, a cambio de uno de sus soldados: Gilad Shalit.

Gilad había sido tomado preso por unos palestinos que habían excavado un túnel por debajo de donde él estaba haciendo vigilancia y lo habían capturado. Desde entonces, muchas autoridades israelíes trataron de lograr su libertad, sin tener suerte.

Así fue hasta el mes pasado, cuando ambos países anunciaron que habían hecho un trato y el soldado sería devuelto a su país.

Lo que me llamó la atención fue que los israelitas estuvieran dispuestos a cambiar 1.000 palestinos por 1 soldado… especialmente, cuando algunos de esos palestinos estaban cumpliendo condenas a cadena perpetua por haber cometido atentados terroristas.

Uno por mil… no me pareció justo.

Hasta que de golpe me di cuenta que yo también soy el beneficiario de un canje similar.

La vida de Jesucristo, el Hijo de Dios, fue ofrecida a cambio de la mía… de la suya… de toda la humanidad. La única diferencia entre nuestro canje y el del soldado israelí, es que la vida de Jesús valió muchísimo más que la de las personas por las cuales él fue entregado.

Cuando Dios entregó a su Hijo, lo hizo sabiendo lo que hacía. Él sabía que estaba ofreciendo al Perfecto por los imperfectos, al Santo por los pecadores, al Único por los comunes. La única razón por la cual lo hizo es por su inmensa gracia y su tremendo amor.

No es justo… y ciertamente tampoco es lógico. Pero es lo que hizo el Padre. Como dijo Jesús: «el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir…

… y para dar su vida en rescate por muchos.»

ORACIÓN: Señor, en este mundo hay misterios que no tienen sentido. Por el misterio de la salvación que me pertenece a través de la vida, el sacrificio, la muerte y resurrección de Jesús, te doy infinitas gracias. Te pido que me ayudes a recordar en todo momento que tu gracia y tu amor hacen posible lo imposible. En el nombre de mi Salvador. Amén.

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