"Las cargas"

Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:2Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Gálatas 6:2

Había una vez un niño que todos los días, al ir y volver de la escuela, debía pasar delante de una casa tenebrosa y atemorizante.

Quienes sabían de sus miedos, trataban de ayudarle de diferentes maneras: uno le dio un amuleto de la buena suerte para alejar a los fantasmas imaginarios; otro le dio una linterna, y alguien hasta llegó a decirle: «Tener miedo es un pecado; ¡debes confiar en Dios y ser valiente!»

Todos esos consejos fueron buenos, pero ninguno de ellos logró su objetivo.

Finalmente, uno de sus compañeros de clase le dijo: «Yo sé lo que es tener miedo, así que voy a ir contigo». El compañero no hizo nada por quitarle el miedo -excepto sacar su peso de la espalda de su amigo, y cargarlo sobre su propia espalda.

Es un buen ejemplo a seguir. Aconsejar es barato; cualquiera puede hacerlo, y la mayoría lo hace. Pero asumir como propios los problemas del prójimo requiere compasión y amor.

Hace dos mil años, el Señor Jesús hizo suyos nuestros problemas, y venció a los enemigos de la humanidad: el pecado, la muerte y el diablo. Gracias a su sacrificada compasión, quienes creemos en él no tenemos de qué temer.

Todo gracias a que Jesús no sólo habló y dio consejos, sino que también actuó.

Cuando un conocido o un ser querido tiene una preocupación o una necesidad, siga el ejemplo de Jesús. Piense en el bien que puede hacer en el nombre del Salvador. Piense en el testimonio que dará de él.

Hacer como Jesús hizo significa que no seremos personas que solamente hablan, sino que seremos testigos del Señor Jesús, quien fue lo suficientemente misericordioso como para llevar por nosotros nuestra carga.

ORACIÓN: Padre misericordioso, ayúdanos a ayudar a otros en la forma que tú has preparado. En el nombre de Jesús. Amén.

De una devoción escrita originalmente para «By the Way»

© Copyright 2011 Cristo Para Todas Las Naciones