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ALIMENTO DIARIO
Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Juan 5:39Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor! Juan 5:39
Fácilmente podría ser aceptada la afirmación de una persona que dijera que todos los científicos se oponen al cristianismo. Después de todo, los opositores al Redentor y su obra parecen acaparar la mayoría de los titulares.
Sin embargo, debe resaltarse que cada vez hay más mentes educadas que apoyan las Escrituras y al Salvador.
Uno de estos hombres es el Dr. Marvin Bittinger, un prominente profesor matemático de la Universidad Purdue de Indiana.
En su nuevo libro La ecuación de la fe: Evidencia matemática de la fe cristiana, Bittinger dice que hay suficientes pruebas que apoyan la fe cristiana. Él sostiene que, con la ayuda de las matemáticas, alguna de esa evidencia puede ser encontrada en las profecías que se hallan en las Sagradas Escrituras.
El Dr. Bittinger sostiene que en la Biblia hay cientos, quizás miles de profecías cumplidas. Matemáticamente hablando, el cumplimiento de tal número de predicciones es increíblemente improbable. Si dichas profecías no se hubieran cumplido, tendríamos que decir que las posibilidades de que se cumplan, son imposibles.
Todo esto significa que, dado que todas esas profecías se cumplieron, una persona razonable debe reconocer la intervención de la mano de Dios…
Además, el Dr. Bittinger sugiere que: «también tenemos que reconocer que aquellas profecías que aún no se han cumplido, habrán de cumplirse».
Para ser honesto debo reconocer que no he leído todo el libro del Dr. Bittinger, pero simpatizo con él cuando dice: «Dios le dio a cada uno un cerebro para usarlo en su defensa».
ORACIÓN: Señor, te doy gracias por quienes tienen ojos para ver tu amor y mentes para compartir la historia del Salvador. Te doy gracias por quienes se atreven a defender al Redentor. Permite que, siguiendo su ejemplo, use mi cerebro para compartir con otros la obra bendita y exitosa de Cristo. En su nombre. Amén.
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