ALIMENTO DIARIO

  • "Respeto"


  • mayo 18, 2011
  • Pero el Señor hizo hablar a la burra, y ella le dijo a Balán: ¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces? Números 22:28Pero el Señor hizo hablar a la burra, y ella le dijo a Balán: ¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces? Números 22:28


  • En la lectura de la Biblia encuentro milagros que me sorprenden, como cuando Jesús convirtió agua en vino en la boda de Caná, o cuando una burra le habla a Balán.

    Siempre me pregunté cómo reaccionaría si una burra me hablara.

    Probablemente sería más receptivo ante el artículo publicado por la Revista de Ética Animal que sugiere que no somos «dueños» de un gato o un perro, sino «cuidadores», y que ellos son «animales de compañía».

    El artículo también sugiere que debo cuidar mi lenguaje al referirme a ellos como «criaturas», «bestias» o «animales salvajes». Si le hacemos caso a tal Revista, frases como «más torpe que una mula» y «come como cerdo», deberían ser eliminadas de nuestro vocabulario.

    Y si usted se está preguntando por qué esa Revista piensa que debemos hacer tales cambios, esto es lo que ellos dicen: «semejante lenguaje es peyorativo… rebaja tanto a los animales, como a la relación que tenemos con ellos».

    Qué bueno sería que las personas fueran igualmente entusiastas en defender a Jesús y su nombre santo. Porque los usos del nombre de Jesús que he oído en las calles, en la comunidad académica y en las pantallas de televisión, son con mucha frecuencia bien «peyorativos».

    Aplicando el comentario de la Revista: «la falta de respeto mostrado a Jesús lo rebaja no sólo a él, sino también a nuestra relación con él».

    Faltarle el respeto al Salvador es tanto pecaminoso como peligroso. En el capítulo 4 del libro de Hechos (v.12) se nos recuerda: «De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos».

    El gran reformador Martín Lutero lo dice muy acertadamente: «Por todo ello es nuestra obligación dar gracias y alabar, servir y obedecerle a Él».

    ORACIÓN: Señor, vivimos en un mundo pecador que niega al Salvador, su nombre y su obra. Ayúdanos a mostrar a los demás nuestro respeto por él. En el nombre de Jesús. Amén.

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