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6. El Espíritu Santo


6.1 ¿Quién es el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad-un Dios con el Padre y el Hijo.


El Espíritu Santo no es simplemente el poder impersonal o la energía de Dios. Él es verdaderamente Dios-un Ser personal. Jesús lo describió como nuestro Ayudador, Consolador y Consejero. Él nos da fuerza para que vivamos de tal forma que nuestras vidas agraden a Dios, y no da los dones que nos ayudan a alcanzar el propósito con el cual fuimos creados.


6.2 ¿Desde cuándo existe el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es Dios verdadero y eterno. Él ya estuvo presente en la creación del mundo. La Biblia nos dice:


También estuvo activo en la vida de los seguidores de Dios desde el principio de los tiempos. Por ejemplo a Josué, una persona del Antiguo Testamento, se le describió como alguien en quien moraba el Espíritu Santo.


6.3 ¿Cuál es la tarea del Espíritu Santo?
Dios Padre y Jesús enviaron al Espíritu Santo para difundir el mensaje de salvación por medio de Jesucristo de diversas formas.



6.4 ¿Cómo dio nacimiento el Espíritu Santo a la iglesia cristiana?
(1) El Espíritu Santo hizo nacer a la iglesia en el día de Pentecostés. Los discípulos de Jesús fueron llenos con el Espíritu Santo y se les dio el don de hablar en diferentes idiomas.


La audiencia, que provenía de diferentes países, entendió las buenas nuevas de salvación en Jesús, profesó su fe en él, y fue bautizada. Ese día miles de personas fueron llevadas a la fe, dando comienzo así a la era de la iglesia cristiana del Nuevo Testamento.

(2) Después de reunir a la iglesia cristiana, el Espíritu Santo educó a la comunidad del pueblo de Dios para que se cumpliera la misión de Dios de llegar a todo el mundo.



6.5 ¿Qué papel juega el Espíritu Santo en la vida de los creyentes?
El Espíritu Santo hace que creamos en Jesucristo. Por nosotros mismos no tenemos la capacidad de llegar a la fe en Jesucristo, sino que es el Espíritu Santo quien crea la fe en nosotros y nos permite confesar el nombre de Jesús.


El Espíritu Santo es la presencia sobrenatural de Dios, quien hace lo que él quiere donde él quiere, y nos da nueva vida en él-un regalo que sólo podemos recibir de él.


El Espíritu Santo nos da la seguridad de nuestra salvación en Jesucristo. Esta seguridad la recibimos a través de las promesas de la Biblia y de la obra tangible del Espíritu Santo en el Bautismo y en la Santa Cena.


El Espíritu Santo cambia los corazones y las vidas. Jesús enseñó claramente que el Espíritu Santo, llamado "el Ayudador" y "el Consolador", sería el único capaz de convencernos del pecado y guiarnos a la vida nueva en Jesús.



6.6 ¿Cómo podemos saber que el Espíritu Santo está en nosotros?
Dios dice que el Espíritu Santo vive en nosotros porque Jesús nos compró cuando pagó el precio por nuestros pecados muriendo en la cruz.


Dios dice que, en el bautismo, el Espíritu Santo nos perdona nuestros pecados, y nos da una vida nueva.


Dios dice que, a través de la Palabra, el Bautismo y la Santa Cena, el Espíritu Santo nos da poder para que vivamos una vida que agrade a Dios (esto se llama "santificación").



6.7 ¿Cómo le ayuda el Espíritu Santo a vivir su vida como cristiano?
Los dones espirituales que Dios nos da obran juntos para servir y construir su iglesia. Todos los hijos de Dios, sin distinción, reciben dones espirituales para poder servir a los demás en humildad. Cada persona, como hijo único que Dios, tiene un papel importante que cumplir en la obra de Dios aquí en la tierra.


El Espíritu Santo nos da todo lo que es bueno para nuestra vida. Él es quien nos ayuda a crecer en los dones espirituales, y quien hace posible que llevemos a cabo buenas obras para la gloria de Dios y bendición de su pueblo.


El Espíritu Santo nos guía para que vivamos una vida nueva. Cuando vivimos guiados por el Espíritu, ya no somos más esclavos del pecado ni de la oscuridad. Por el contrario, le pertenecemos a Cristo y somos una nueva creación en él.


El Espíritu Santo intercede por nosotros de maneras mucho más profundas de las que podemos entender. Cuando nos sentimos vencidos por las dificultades y el dolor, y no podemos siquiera pensar en palabras que expresen nuestras necesidades a Dios, el Espíritu Santo entiende esos sentimientos profundos y los eleva ante Dios por nosotros.


El Espíritu Santo nos da palabras para hablarles a otros sobre la salvación que tenemos en Jesucristo, y también para dar testimonio de él cuando somos perseguidos por causa de nuestra fe.



6.8 ¿Qué valor tienen las buenas obras?
Cuando el Espíritu Santo obra en su vida, todo lo que uno hace glorifica a Dios. Aparte de los actos de bondad y servicio, las cosas cotidianas también dan gloria a Dios. Estas buenas obras dan alabanza a Dios y son un testimonio de su amor. Sin embargo, las buenas obras no se ganan el favor de Dios. Él nos da su favor como regalo.


6.9 ¿Es posible llevar una vida perfectamente santa?
Sólo Jesús llevó una vida perfecta. Sin importar cuán buenos seamos, el pecado mancha nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones. Pero Dios no quiere que pequemos más para que recibamos más de su gracia. Al contrario, él nos llama a llevar vidas que le sirvan y que den testimonio de su bondad y su amor.


6.10 ¿Cómo podemos saber si el Espíritu Santo está en nosotros?
Sabemos que el Espíritu Santo está en nosotros porque él es quien nos guía a Jesús como nuestro verdadero Dios y Salvador. La Biblia dice:


Dios quiere que estemos unidos a él ahora y para siempre. Así lo demostró enviando a su Hijo, y lo selló enviando al Espíritu Santo para vivir en nosotros. Él no nos va a quitar el Espíritu por capricho. Cuando el Espíritu nos guía a confesar diariamente nuestros pecados a Dios y pedir su perdón, el mismo Espíritu nos asegura que siempre permanecerá en nuestra vida.



6.11 ¿Qué bendición nos da el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo nos da la esperanza de la vida eterna, que está basada en el sacrificio amoroso que Dios hizo por nosotros en Jesús. Es una esperanza que perdura-incluso cuando atraviesa pruebas, luchas, dudas e incertidumbres, pues proviene de Dios, quien nos rescató, nos cuida y camina con nosotros todos los días de nuestra vida.


Cuando usamos la palabra "esperanza", usualmente no estamos seguros de lo que esperamos ("espero que no llueva este fin de semana"). La Biblia, en cambio, usa la palabra "esperanza" de manera diferente. Cuando aquello en lo que esperamos son las promesas de Dios, podemos estar seguros que ellas son ciertas. Simplemente debemos esperar hasta el momento en que Dios las cumpla.