"Inolvidable"
En ese momento apareció, junto con el ángel, una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían: «¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!» (Lucas 2:13-14).
Son muchos los eventos importantes de la vida que se celebran con grandes festejos: bautismos, cumpleaños, confirmaciones, graduaciones. Algunos son tan únicos y especiales, que son inolvidables: un casamiento, el nacimiento de un primogénito, la llegada a casa de un hijo pródigo.
En toda la narrativa bíblica no hay evento que supere la venida de Jesús al mundo. Es algo tan único y especial, que se celebra tanto en las alturas como en la tierra. Su venida es tan solemne y magna, que inspira la alabanza y glorificación de Dios por parte de las huestes celestiales y trae paz a todos los seres humanos en la tierra. Es un evento inolvidable.
Para festejarlo, una multitud de ángeles cantan: «¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!» De hecho en esa primera Navidad, en el nacimiento de Cristo, el cielo llegó a la tierra. El Dios eterno se hizo hombre y habitó entre nosotros, un pueblo pecador, para así reconciliarnos con su Padre celestial mediante el perdón de nuestros pecados. Por medio de Cristo tenemos, entonces, una paz gozosa y duradera con Dios que sobrepasa todo entendimiento.
¿Quiénes son los que tienen esta paz en la tierra? Todos los que gozan del favor, de la gracia inmerecida del Padre. ¿Y quiénes gozan de este favor de Dios? Todos los que oyen y por la fe reciben la buena nueva, el evangelio de salvación en Cristo el Salvador. ¡Gloria sea a Dios!
Dios y Padre nuestro, danos la fuerza para alabarte siempre por todas las bondades que misericordiosamente has derramado sobre nosotros por medio de tu Hijo Jesucristo. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Qué recuerdos guardas de los eventos más importantes y especiales de tu vida?
* ¿Qué situaciones te roban la paz y cómo te sientes al saber que Cristo te da una paz que dura a pesar de los conflictos y las angustias de la vida?
Profesor Leopoldo Sánchez
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