"Del temor a la fe"
En esa misma región había pastores que pasaban la noche en el campo cuidando a sus rebaños. Allí un ángel del Señor se les apareció, y el resplandor de la gloria del Señor los envolvió. Ellos se llenaron de temor, pero el ángel les dijo: «No teman, que les traigo una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de mucha alegría (Lucas 2:8-10).
El miedo a lo misterioso es común, porque muchas cosas todavía le son enigmas inaccesibles a la razón. Así fue con los pastores que cuidaban a sus rebaños como cualquier otro día, cuando repentinamente reciben la visita de un ángel del Señor. Sin duda alguna fue un evento maravilloso y misterioso a la vez. Los envuelve con su brillo el resplandor de la gloria del Señor y los pastores se llenan de temor ante la presencia de Dios. La gloria de Dios no es más que su poderosa y santa presencia entre nosotros, la cual no solo es incomprensible a la razón, sino que también nos lleva a reconocer que ante el Dios santísimo somos pobres pecadores.
Sin embargo, en el plan de Dios ocurre algo misterioso. El temor de Dios prepara el camino para la fe en su Hijo y su palabra de vida y salvación. El temor de Dios no es la meta de la aparición del ángel. Su propósito no es más que llevar a los pastores a la fe en el evangelio de Dios, el cual el ángel anuncia a los pastores: «No teman, que les traigo una buena noticia, que será para todo el pueblo motivo de mucha alegría». El temor de Dios ante su santa gloria nos prepara para recibir con gozo la fe en el evangelio, la buena nueva de salvación mediante Cristo el Señor.
Dios de gloria, llévanos del temor a Ti a la fe en tu Hijo Jesucristo, para que así nuestros corazones reciban siempre con alegría el evangelio de salvación. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Qué nos sucede cuando vivimos con miedo a lo desconocido?
* ¿En qué nos beneficia saber que Dios nos perdona por medio de su Hijo Jesucristo?
Profesor Leopoldo Sánchez
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