"La obediencia que libera"
Luego le preguntaron a su padre, por señas, qué nombre quería ponerle. Zacarías pidió una tablilla y escribió: «Su nombre es Juan.» Y todos se quedaron asombrados. En ese mismo instante, a Zacarías se le destrabó la lengua y comenzó a hablar y a bendecir a Dios (Lucas 1:62-64).
Por naturaleza las personas tenemos tendencia a no creer. No sé si me pasa solo a mí, pero muchas veces me rebelo sin dar lugar a la palabra de Dios. Es como cuando mi papa nos decía a mis hermanos y a mí: "Miren, si hacen esto o aquello, los voy a llevar a comprarse lo que ustedes quieran". Ah, esas palabras retumbaban en nuestros oídos con un gozo incomparable. ¡Cómo no íbamos a querer esa recompensa! ¡Eran tan fácil imaginar lo que íbamos a pedir! Pero cuánto costaba creer y obedecer.
Dios le había hablado al sacerdote Zacarías a través de un ángel, diciéndole que él y su esposa Elisabet iban a tener un hijo, a quien habría de llamar Juan. Pero para Zacarías eso era imposible, ya que tanto él como su esposa eran ancianos, por lo que, a pesar de ser un sacerdote en el templo de Dios, no creyó el anuncio del ángel. Y porque no creyó, Dios lo dejó mudo.
¡Zacarías estuvo así 9 meses! Seguramente tuvo mucho tiempo para meditar en lo que Dios le había dicho. Cuando finalmente nace su hijo y él escribe que su nombre será Juan, así como el ángel se lo había dicho, Dios le devuelve el habla. Su fe y obediencia liberaron su lengua y comenzó a alabar y bendecir a Dios.
De Zacarías aprendemos que la obediencia y la fe van de la mano, y que Dios bendice nuestra fidelidad. ¡Nada hay imposible para Dios! Que nuestras obras de fe lleven a muchos a asombrarse de las promesas del Señor.
Amado Dios, danos oídos para oír tu voz, para que nuestro corazón se llene de fe para poder creer y vivir en tus promesas, de tal manera que muchos vean que Tú eres el Dios de los imposibles. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo respondes ante circunstancias que te parecen imposibles?
* ¿Cuál es tu promesa favorita en la Biblia, y cómo la vives?
Diaconisa Erica Jofre
© Copyright 2024 Cristo Para Todas Las Naciones